El teléfono móvil ya es casi una prolongación del cuerpo humano y un elemento indispensable para la comunicación, el transporte, los pagos de consumos o los trámites bancarios, por citar solo algunos ejemplos.
Para permitir su utilización, estos dispositivos, conocidos también como smartphones, contienen información sensible de sus usuarios y esto puede resultar riesgoso si caen en manos ajenas o son víctimas de delincuentes informáticos.
Por ello, desde el vamos, hay que preocuparse por configurar el móvil de manera tal que brinde la mayor protección de los datos personales. Aquí, algunos consejos para lograrlo de manera sencilla y efectiva.
Cómo cambiar la configuración de privacidad en mi smartphone
El primer bastión de la privacidad, obviamente, consiste en asegurar el acceso al dispositivo mediante contraseñas fuertes (ocho dígitos, alfanuméricas) o la utilización de métodos biométricos (huella digital o reconocimiento facial). Además, siempre hay que asegurarse de que la pantalla se bloquee automáticamente después de un período breve de inactividad.
Las aplicaciones suelen solicitar permisos extensos, y hasta sospechosos, que pueden ir más allá de su función principal. Conviene, entonces, revisar y ajustar los permisos de cada aplicación en la configuración. Hay que conceder solo los permisos esenciales para el funcionamiento de una app, para reducir el riesgo de suministrar datos sensibles.
La ubicación puede revelar mucho sobre los hábitos diarios de una persona y, por eso, hay que revisar las configuraciones de esta función y decidir quién tendrá acceso a esta información. La configuración incluye permisos específicos para aplicaciones individuales o la desactivación de la función de ubicación por completo, salvo cuando sea totalmente necesaria.
Los datos, en tanto, deben estar cifrados, tanto en el dispositivo como en las copias de seguridad, porque añade una capa adicional de protección en caso de pérdida o robo del dispositivo. Conviene hacer copias de seguridad periódicas en servicios seguros, ubicados en la nube, para garantizar la recuperación de datos en caso de una emergencia.
También es desaconsejable conectarse a redes públicas de Wi-Fi sin tener algún tipo de protección. El smartphone debe estar configurado para conectarse automáticamente a redes conocidas y seguras. Además, hay que utilizar conexiones seguras mediante redes móviles y las VPN.
Otro consejo en este sentido es limitar la cantidad de información visible en la pantalla de bloqueo y ajustar las notificaciones para que no revelen detalles sensibles. Esto evita que otras personas obtengan información del dueño del móvil sin desbloquearlo.
Finalmente, hay que mantener el sistema operativo y las aplicaciones actualizadas, porque las actualizaciones suelen incluir parches de seguridad. Es bastante sencillo configurar el móvil para que reciba actualizaciones automáticas o para que haga revisiones regulares para garantizar que está en uso la versión más segura del software.
El acceso a la mayoría de estas funciones, en el sistema operativo Android, se concreta yendo a Configuración (el icono del engranaje en la pantalla principal) y desde allí a Panel de privacidad.