En un mundo en donde el cambio se hizo camino, los fabricantes de celulares -aunque resulte paradójico – comienzan a asumir una inédita postura ecológica. En esta nota, cómo son los primeros equipos que buscan preservar los recursos naturales.
Cada teléfono contiene unos 40 materiales tóxicos, entre los que destacan elementos como el arsénico, antimonio, berilio, níquel y zinc, o metales pesados como el plomo, cadmio o el mercurio, entre otros.
En promedio, el 62% de los usuarios conserva su móvil, según IDC, entre uno y tres años. Sólo el 24% está dispuesto a tenerlo más tiempo. La principal excusa de cambio, después de la duración de la batería, es que los teléfonos son lentos.
Las actualizaciones de software exigen cada vez más al hardware, no sólo en capacidad de procesamiento, sino también en la cantidad de datos que generan las aplicaciones, lo que hace que el teléfono, cuanto más se lo utiliza, más tiempo demore.
Una política del reciclado
Mientras algunas marcas apuestan por una política de reciclado para darles una segunda vida -con materiales resistentes y recubrimientos que repelen el agua- otros suman diseños modulares, para hacer que sus productos logren vencer la obsolescencia programada.
A su vez, estos móviles pretenden suavizar la huella de carbono mediante dispositivos que son eficientes desde el punto de vista energético, con tecnologías de carga rápida e inalámbrica para eliminar la necesidad de cables y adaptadores.
Uno de los pioneros en este campo es la firma Fairphone, que acaba de lanzar su quinta generación de móviles modulares. En esta dirección también avanza Samsung, con su Galaxy S23, Apple con su iPhone 15. Lo mismo ocurre con Motorola y Huawei.
Fairphone 5
El objetivo de la firma holandesa es producir terminales con el menor impacto posible para las personas y el planeta. Al igual que su antecesor, se basa en sistema que ofrece hasta 8 años de actualizaciones de software y seguridad.
Su diseño articulado permite reemplazar determinados componentes. Desde la compañía destacan 10 elementos, incluidos la pantalla, la batería, la cámara (también en módulos individuales), la ranura de la tarjeta SIM y de la de tarjeta SD.
A su vez, el 70% de los materiales destinados a su confección fueron reciclados, lo que refuerza la idea de que sea sostenible. Su proceso de fabricación es con energía renovable e invirtiendo en proyectos que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono (Co2).
La hoja de especificaciones es muy decorosa, aunque en varios puntos queda rezagado si se lo comparar con propuestas de gama alta y hasta incluso, de competidores más asequibles.
En este caso, el procesador es la pieza crítica. Se trata de un QMC 6490 (similar a un Snapdragon 778G en rendimiento) un SoC con 8 núcleos que la propia Qualcomm orienta más a la IoT que al mundo de la telefonía.
Está acompañado por 8 GB de memoria RAM y una capacidad de almacenamiento de 256 GB. La batería de 4.200 mAh ofrece hasta 32 horas de uso diario y admite un sistema de carga rápida de 30 W que completa el 50% en 20 minutos.
Además, tanto los dos sensores traseros como el frontal cuentan con una resolución de 50 MP. Es compatible con redes 5G. Se consigue por 700 dólares.
Galaxy S23 Ultra
En octubre de 2022, Samsung anunció su nueva estrategia ambiental, con la cual busca que sus productos sean energéticamente eficientes y garantizar que su ciclo de vida sea más sostenible. Esto comprende desde el abastecimiento de materias primas hasta la eliminación y el reciclaje.
De hecho, para 2030 la firma surcoreana apunta a que el 50% del plástico utilizado en sus productos incorpore resina reciclada y para 2050 llegar al 100%. Además, lanzó una línea de fundas sostenibles para teléfonos y correas veganas de piel de manzana para relojes inteligentes junto con el diseñador Sami Miro.
La serie Galaxy S23 baja el impacto medioambiental de las generaciones anteriores.La presencia de materiales reciclados en la serie Galaxy S23 pasó de seis componentes internos en el Galaxy S22 Ultra a 12, tanto internos como externos.
En su fabricación se han utilizado aún más partes recicladas, como aluminio, vidrio, plásticos procedentes de redes de pesca desechadas, barriles de agua y botellas de tereftalato de polietileno (PET).
La sostenibilidad en la tecnología también implica crear dispositivos que duren por varios años, razón por la cual la serie incorpora cristal Corning Gorilla Glass Victus 2, que da más durabilidad y contiene una media del 22% de material reciclado de preconsumo.
A lo que se suma cuatro generaciones de actualizaciones del sistema operativo y cinco años de seguridad. Por todo esto, la serie cuenta con la certificación UL ECOLOGO, lo que significa que el producto fue avalado por su reducido impacto medioambiental.
iPhone 15
Apple pretenden acondicionar todos sus productos con un impacto neto de carbono cero. La meta para 2030 es alcanzar la reducción de emisiones. Esto quiere decir que toda su cadena de fabricación, debería usar electricidad limpia.
La serie 15 del iPhone está constituido por cobalto reciclado, los cargadores poseen cobre reutilizado y el exterior de los dispositivos traen un 75% de aluminio reciclado para las carcasas y el chasis.
Además, la marca elimina por completo el uso del cuero y un 99% de los embalajes ya son de fibra, lo que acerca a la empresa a su objetivo de eliminar por completo el plástico para 2025.
La empresa busca la transparencia y brinda informes sobre los ingredientes utilizados en su cadena de suministro.Hablan de hacer uso de una “química más inteligente” y de “evitar la exposición a sustancias que podrían ser perjudiciales para la salud humana”.
Por este motivo, los vidrios que recubren esta serie, están libres de arsénico. Tampoco tienen mercurio, BFR, PVC ni berilio. Las soldaduras de estaño en varios circuitos impresos son reciclados.
En esta gama, Apple adoptó USB-C en consonancia con las regulaciones de reducción de desechos electrónicos de la UE. Este cambio también presagia la introducción del material FineWoven, un sustituto ecológico del silicio o el cuero en los accesorios.
Fundas y carcasas con un toque natural
Muchos equipos, aprovechan el panel trasero como una vidriera para mostrar su compromiso con el medio ambiente. En esta línea aparecen Huawei y Motorola con sus lanzamientos más recientes.
Para lograr una textura única, al P60 se añadió polvo de perla mineral al panel trasero. El nácar, también llamado madreperla, es una sustancia brillante, con reflejos iridiscentes, que suele encontrarse en el interior del caparazón de algunos moluscos.
Huawei logró replicarlo mediante un sistema que mezcla lo tecnológico y lo artesanal. El resultado es la definición de lo irrepetible.
Esto ocurre porque al combinar el brillo iridiscente con las texturas naturales de la concha, logró una apariencia de nácar natural que hace que cada equipo luzca un diseño de textura única, como una huella dactilar.
Motorola también se comprometió a utilizar un 60% de materiales reciclados y un 50% menos de plásticos de un solo uso en el embalaje de sus equipos.
Fue así que el último lanzamiento, el Edge 40 Neo viene con diferentes estilos de cuero vegano, para darle una apariencia moderna al equipo, sin alterar el medio ambiente.
Una de las tendencias que se expande por todos los continentes son las fundas biodegradables. Están confeccionadas con materiales reciclados libres de plásticos, respetuosas con el medio ambiente y el planeta.
Una de las más conocidas es Organicore, que utiliza un material patentado de origen vegetal, biodegradable en un entorno compostable, descomponiéndose en tan sólo seis meses.
Esta marca conocida es Pela Case, cuyas fundas están fabricadas a partir de una combinación de biopolímeros de paja de lino ‘residuos’, basados en plantas y contienen ingredientes orgánicos
Otra opción es Kwmobile, que recurre a diseños de corcho que ofrecen una máxima protección ante los golpes y los arañazos. Además, el material facilita el agarre.