El Hype Me! Fest (Jaime para los amigos) tuvo este fin de semana su cuarta edición, adornando la noche de la escena sevillana en la sala Malandar. Con cuatro grupos de estilos variados con influencias desde el pop hasta el grunge más metalero, así fue la cita del viernes noche.
El veranillo de San Miguel no nos está dando tregua, pero contra el agobiante calor Amante Laffón abrió sin miedo la noche como un soplo de aire fresco que permitió abrir boca de la mejor de las maneras. El grupo sevillano resurgió de sus propias cenizas en 2022 con el álbum de estudio Reflexiones Breves Sobre Asuntos Largos, y han conseguido posicionarse en el panorama postpop de forma muy prometedora.
Romper el hielo en una noche así no es fácil, pero superaron el reto con creces, escogiendo la canción «Tiempo de Juego», de su último EP Mis Colegas Lo Decían, del que más adelante tocaron también «Bodas y Palomas» completando con «Reset».
No faltaron tampoco los temas de su LP de estudio, como ’92, Sigue, calla, traga, gana o Tiempo. El público, entregado, bailaba y cantaba las letras de las canciones como si fueran suyas y es que si hay que destacar algo del directo de Amante Laffón, es su energía contagiosa que les hizo incluso bajar del escenario en el momento de máximo apogeo ya al final del bolo.
Abrazaba los oídos la mezcla de estilos en sus canciones que nos llevaban desde esa aura pop que lo envolvía todo hasta la inspiración grunge ochentera de algunos de los temas pasando, por supuesto por un rock desenfadado y divertido. Todo ello con letras muy personales que hablan sobre amor, desamor, la vida y todo lo de en medio.
No quiero pasar por alto los efectos de sonido que consiguieron con el uso de las pedaleras, llenando por completo la sala pareciendo que eran más de cuatro instrumentos. Además, es digno de mención que aprovechasen la ocasión para estrenar instrumentos nuevos como la Telecaster que Daniel Tamajón hizo suya subiendo el nivel de la sala en esa primera hora.
Tras ello, era el turno de Shepherd, grupo que ha vuelto a los escenarios tras cinco años de parón. Una esperada cita que el público acogió con mucho cariño y ganas. Es muy difícil si no imposible que cinco años sin tocar juntos en directo no pasen factura, pero los sevillanos lograron defenderse ante el público y el escenario que los recibía sin crítica.
Con letras en inglés y melodías al más puro estilo del rock progresivo de principios de los 2000, no desaprovecharon la ocasión para presentar el último single, La Muerte, que sacaron hace justo un mes como declaración de intenciones. Hicieron, por supuesto, un repaso por sus temas pertenecientes al álbum Mystic Wave (2017) y sus EPs anteriores. Además, pudimos saborear por primera vez los siguientes estrenos que saldrán a la luz poco a poco en los siguientes meses. Sin duda, nos dejaron con muchas ganas de escucharlos en versión de estudio para poderlos saborear con más calma y atención.
Quienes no conocían a Viva Belgrado (éramos los menos, sin duda, en una sala llena de camisetas de merchan del grupo) nos llevamos una grata sorpresa al escuchar, nada más empezar, los guturales y gritos al más puro estilo hardcore metalero que salían de la garganta del cantante. Tardaron pocos minutos en levantar el ambiente con un sonido que pegaba en el pecho y hacía imposible contener el meneo de cabeza. Posteriormente y de manera inevitable, dio lugar a numerosos pogos entre buena parte de la audiencia.
A punto de sacar su cuarto LP de estudio, Cancionero de los Cielos, ya pudimos escuchar temas como «Elena Observando la Osa Mayor», el primer adelanto oficial. Sin duda es un grupo que se muestra ya consolidado tras haber actuado en festivales como el Mad Cool o el Resurrection Fest en sus más de diez años de carrera.
Los cordobeses no dejaron indiferente a nadie allí. Con una Malandar bastante llena de una gente entregada que lo vivió como lo que fue, un conciertazo que dejó, como debe ser, las camisetas bien sudadas.
Grunge, Nu Metal o simplemente underground, da igual, son un grupo que da todo lo que tiene y se lo regala a un público sediento de caña. Si hay una curiosidad que destacar más de ellos, es su rara composición en el escenario, con un bajista posicionado en el medio dando la espalda al público durante todo el concierto y un vocalista en un lado que tampoco mira directamente a la gente.
Yawners fueron las encargadas de cerrar la noche. Venidas directamente desde Madrid, por fin pudimos ver mujeres subidas al escenario. Con una clara inspiración noventera que no pasa de moda, y letras entre el español y el inglés. Su estilo podría describirse como rock-punk con inspiraciones del indie y el pop que lo suavizaban y le daban al mismo tiempo un aire más contemporáneo y joven. Es notable la influencia de grupos como Weezer, blink-182 o los españoles Pignoise.
Al más puro estilo Phil Collins, llama la atención que la batería es la encargada de hacer los coros y voces, acompañando sin pudor las melodías del último disco, Duplo (2022). No faltaron tampoco canciones de su anterior disco como «La Habitación».
A pesar del cansancio de un público que ya llevaba más de 3 horas brincando, las madrileñas consiguieron subir los ánimos y exprimir lo que quedaba de la gente y de ellas mismas poniéndose un poco hardcore cuando hizo falta.
La organización de la sala Malandar estuvo a la altura de la noche, destacando el trabajo del técnico de luces que jugó con los ritmos e intensidades como un mago. Sin duda se quedó una noche de brincos, sudor y energía desde el principio hasta el final que no dejó a nadie indiferente y del que disfrutamos como se merecía. Ahora sólo queda esperar ya la próxima fecha del Hype me!