La alarma todavía no ha sonado pero la impaciencia, nerviosismo y excitación por el día que está por delante le ha despertado antes de tiempo. Ha sido un año largo. La compra de entradas, la organización con su grupo de amigas para asistir al concierto o el outfit han sido factores que han marcado el camino hasta el día de hoy. Un largo año que finalmente se ha consumido “en dos minutos”.
Pero al fin y al cabo la espera, la preparación y la planificación también forman parte del show, porque al final es eso: mucho más que un concierto. Una experiencia que permite a los y las fans tener ese sentimiento de pertenencia a un fandom con unos códigos determinados.
En el caso de Louis Tomlinson, que presentó en el WiZink Center de Madrid su Faith In The Future 2023 Tour, los “códigos” compartidos en su fandom se remontan una década atrás, con el nacimiento de la nueva cultura pop internacional —encabezada en ese entonces por Justin Bieber, Taylor Swift o Selena Gómez— y el despegue de su carrera profesional como miembro de One Direction, referentes entonces y ahora en esto de la cultura fan.
Tras acampadas, listas y largas colas desde las nueve de la mañana, a las 19:30h ya se podía intuir un WiZink Center prácticamente lleno e impaciente por ver a Louis Tomlinson, que no saldría hasta las 21h al escenario. Pero si algo positivo tienen los shows con fans tan dedicados y organizados es que no hay concierto aburrido. Tampoco para los teloneros —The Academic y The Lathums—, que pudieron sentir el calor de unos fans que conocían su discografía tras haber disfrutado del show —ya fuera en directo en otras ciudades o a través de las redes sociales— numerosas veces.
Pasaban apenas cuatro minutos de las nueve de la noche cuando el WiZink Center quedó completamente a oscuras y los músicos de Tomlinson salieron al escenario. Arrancaron así una emoción que los fans mantuvieron hasta que el británico pisó el escenario junto a los acordes de The Greatest, tema de apertura del tour y de su segundo álbum, Faith In The Future. Un trabajo en el que pese a mantener el brit pop que predominaba en One Direction y en su primer álbum, «Walls», también ha apostado por un sonido pop-punk que le ha permitido despuntar y encontrar un estilo en el que se muestra cómodo.
También sus fans han acogido esta nueva faceta de Louis, siendo algunas de las canciones más coreadas «Written All Over Your Face» o «Out Of My System», single este último que el británico utilizó para tantear a su fandom antes de sacar el álbum al completo. Sin embargo, el top de decibelios se lo llevó Chicago. Y Louis lo sabía. La canción se ha convertido prácticamente en un himno dentro del fandom del artista, hasta el punto de que los fans la pidieran en repetidas ocasiones antes de ser interpretada en la primera parte del concierto. Y es que el setlist es puro fan service.
Coros, gritos —aunque no en el sentido peyorativo de la palabra—, peticiones y también fan projects. Si algo ha marcado los directos de la hornada de artistas pop de la década pasada es la dedicación de los fans en la organización de proyectos para sorprender al artista durante determinado momento del show. En el concierto de ayer los fans hicieron realidad la línea de “surronded by lights” —rodeado de luces— que Tomlinson escribió en She Is Beauty We Are World Class e iluminaron el escenario con las linternas de sus móviles.
Pese a ser el protagonista durante los más de cien minutos de show el álbum que da nombre al tour, el artista también reservó un lugar para otros temas icónicos de su discografía. Y es que hace diez años que Tomlinson pisó por primera vez un escenario en España junto a One Direction. Lo hizo entonces en el Palacio Vistalegre y un año más tarde en el ahora extinto Vicente Calderón.
Dejar atrás un fenómeno de estas características no es fácil. De hecho, tampoco es inteligente. Probablemente parte del éxito de la carrera en solitario de Louis Tomlinson es no haberse desvinculado nunca de la banda con la que nació y creció profesionalmente, hasta el punto de llevarla hoy en día a cada show.
«Night Changes» y «Where Do Broken Hearts Go», dos temas clave en la discografía más tardía de One Direction, representan el sonido que finalmente consiguió la banda antes de su separación. No obstante, para su tour, Louis las ha llevado a su terreno. A su nuevo terreno. Uno en el que es capaz de convertir su pasado en presente y en el que ha podido buscar quién era Louis Tomlinson más allá de One Direction.
Fotos Louis Tomlinson: Oscar Lafox (Live Nation)