A propósito de “Midnight Riders”, uno de los temas estrella de su último trabajo; Stories To Tell (Acetate Records 2023), el líder y fundador de The Hangmen, Bryan Small indicaba: “la canción habla de cómo pasábamos aquellos días, navegando por la vida, montando bandas, haciendo frente a todo como unos chavales en Hollywood. Teníamos mentores que era unos genios, aunque estuvieran jodidos, así que nosotros tampoco teníamos límites. No es de extrañar los caminos que tomamos: algunos seguimos adelante, otros regresaron a sus ciudades de procedencia y otros murieron”.
Y es que Bryan Small –que ha ofrecido una entrevista recientemente a esta casa– es un superviviente de toda una generación que vivió peligrosamente. Afortunadamente para él y para que los que degustamos su música, ahora vive alejado de ciertos demonios y el 2023 nos ha devuelto a unos The Hangmen en plena forma y en estado de gracia compositivo. Así lo está demostrando al frente de su banda en la gira española organizada por Bomber Booking, con conciertos arrasadores, como el que ofreció en la madrileña sala Clamores el pasado jueves.
Con el cartel de entradas agotadas y con una fila para poder conseguir puestos en primera fila de escenario, esperábamos a que el cuarteto de Los Angeles saliera a darnos una lección de rock and roll. A las ocho y media de la noche, puntuales sobre la hora marcada, salían a escena: el mencionado Bryan (voz y guitarra), Jimmy James (guitarra), Angelique Congleton (bajo) y Jorge E. Disguster (batería).
Disparando con una bala certera con esa suerte de garage-punk que es “Last Drive”, nada podía salir mal, ni siquiera unos problemas preliminares con la guitarra de Jimmy que rápidamente fue solventado. “Last Time I Saw You” fue el segundo trallazo con el que continuaron, el primero que tocaron de su comentado último trabajo, pero que ya llevaban un par de años sacando a pasear en directo.
El primero de los clásicos y guiño a sus fans de siempre, fue “Rotten Sunday” y con el que supimos que ya no había vuelta atrás, otra vez nos habíamos dejado enmarañar en la tela de araña de The Hangmen, hábilmente tejida con: punk, rock americano y mucha actitud sincera.
Con la primera que Jimmy James comenzó a darle duro a su guitarra con el slide fue con “Broken Heartland”, también de su último disco. De allí el barbudo guitarrista no se bajó hasta el final de actuación, dejando claro que gran parte del particular sonido actual de The Hangmen recae sobre él.
Así irían intercalando clásicos inapelables de su repertorio, con las nuevas canciones, que son tan majestuosas o más que las antiguas, lo que nos deja claro que tenemos banda para rato.
Con “Man in Black´s Hands” rindieron pleitesía a Johnny Cash, mientras que con “Cactusville” nos trasladaron a base de guitarrazos a la América de los corazones rotos, noches sin freno e historias sórdidas a las que tanto ha cantado Bryan Small.
Por supuesto no pudieron faltar la mencionada “Midnight Riders”, mucho más salvaje en directo que en disco, u otro de los indiscutibles singles del nuevo álbum; “Bayou Moon”. Ya en los momentos decisivos del concierto, se fueron despachando con otros cortes de sobra conocidos para sus viejos amigos: “Coal Mine” y “Walking in The Woods”.
No se me ocurre otra banda mejor que The Lords of the New Church a la que homenajear por su parte, tanto por afinidad musical, como por malditismo en lo tocante a éxitos comerciales no alcanzados. Así, “Russian Roulette” de los de Stiv Bators nos estalló en la cara, para regocijo de los más viejos del lugar.
Lo dicho, este año lo podremos recordar por muchas cosas, pero una de ellas es por habernos devuelto a The Hangmen en un estado único de forma, rock and roll de alto octanaje tocado sin concesiones y con canciones de las que tienen pedigrí de inolvidables.
Me iba de la sala con una sonrisa mientras detrás de mí el encargado del stand de merchandising repartía alegría en forma de camisetas y discos. Si pasan por tu ciudad, no te los pierdas, que supervivientes así ya van quedando pocos.
Fotos The Hangmen: Fernando del Río
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