Ayer falleció a los 81 años Sixto Rodriguez, el oscuro rockero de los setenta conocido como Rodríguez cuya música disfrutó de un renacimiento décadas más tarde gracias al documental “Searching For Sugar Man”, ganador de un Oscar.
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Es la suya una de las historias más curiosas, extrañas y rocambolescas de la historia del rock. Aparentemente fracasado, perdido y olvidado, desconocía que era grande en otras latitudes e hizo un posterior regreso a lo grande, que ni él mismo podía creer que fuera cierto.
La muerte de Rodríguez ha sido anunciada hoy en su sitio web oficial:
“Con gran tristeza en Sugarman.org anunciamos que Sixto Díaz Rodríguez falleció hoy”, se puede leer en el comunicado.
No han dicho cuál ha sido la causa de la muerte, pero, según los informes, Rodríguez lidió con varios problemas de salud en los últimos años.
Es una historia curiosísima y sumamente enrevesada la del artista nacido en Detroit. Tuvo un segundo empleo como músico mientras trabajaba en las líneas de montaje de Chrysler mientras actuaba en clubes de la Motor City.
Atrajo la atención de los productores Mike Theodore y Dennis Coffey y grabó un par de álbumes a principios de los setenta, “Cold Fact” y “Coming From Reality” para el sello angelino Sussex Records.
“Pensábamos que era como el poeta del centro de la ciudad, poniendo música a sus poemas”, dijo Coffey en el premiado largometraje del director Malik Bendejelloul.
Rodriguez hacía un material descarnado y callejero que combinaba el folk-rock dylaniano con producciones sofisticadas.
Pero ninguno de los dos álbumes se vendió bien en Estados Unidos y la música de Rodríguez cayó en la oscuridad, en el olvido. El músico desapareció del panorama musical y, según sus palabras, “volvió a trabajar”como peón”, haciendo demoliciones, reformas y reformas de viviendas.
Sin embargo, estrañamente, muy extrañamente, sin que Rodríguez lo supiera su música, en particular el tema de apertura de “Cold Fact”, “Sugar Man”, se convirtió en éxito y fomentó un culto a su figura en Australia y Sudáfrica.
Dave Matthews, nacido en Johannesburgo, fue uno de sus primeros fans. Matthews ha interpretado “Sugar Man” en vivo con su banda en varias ocasiones.
Su éxito en Australia, lo convirtió en una estrella de culto, y encabezó una gira en 1979 por el continente. Dos años más tarde compartió el escenario con Midnight Oil en una visita de regreso. Ese renacimiento inicial (que no fue reconocido en “Searching For Sugar Man”) pasó desapercibido tanto en Estados Unidos como en Sudáfrica, donde “Cold Fact” se había convertido en una sensación underground a principios de los 70. Un ejecutivo de un sello sudafricano que publicó el álbum de Rodríguez estimó que vendió medio millón de copias.
La desaparición total durante muchos años de Rodríguez de la industria de la música había alimentado locos rumores de muerte y suicidio. Especulaciones increíbles, incluida la autoinmolación o un disparo en el escenario, pero dos fans sudafricanos descubrieron que estaba viviendo una vida normal en su Detroit natal a fines de los años noventa.
La búsqueda de Rodríguez por parte de los fans fue el tema del increíble documental de 2012 “Searching for Sugar Man”, que ayudó a exponer a Rodríguez y su música a millones de personas después de ganar el BAFTA y el Premio de la Academia al Mejor Documental.
Gracias a la película, más de 40 años después de lanzar sus dos únicos álbumes, Rodríguez fue invitado a actuar en festivales como Coachella y Glastonbury, y se embarcó en giras por todo el mundo.
Una historia con final feliz.
Esta es la película completa.
La versión de Dave Matthews.