Srta. Trueno Negro es el proyecto musical de la argentina Natalia Drago. En su país ya había publicado un par de discos cuando, durante una gira, la pandemia la obligó a quedarse durante un tiempo en España. Este tiempo se ha ido ampliando y Natalia ha acabado echando raíces, al menos musicales, en nuestro país. Fruto de la experiencia de estos cinco años es su tercer disco, El Sonido de la Felicidadproducido por Antonio Luque (Sr. Chinarro) y que cuenta con la colaboración de jde Los Planetas.
El disco tiene un delicioso aire a pop underground, al rock alternativo de los 90 más cadencioso, aunque también muestra algunas posibles influencias del pop ‘indie’ de los últimos años. Natalia canta habitualmente con un fraseo sutilmente desacompasado, rayando en ocasiones en el palabra habladaque corrobora esa impresión de producción lo-fi, estudiadamente amateur, más aún teniendo en cuenta que las canciones fueron grabadas en directo en el estudio. Pero no hay que precipitarse sacando conclusiones, aquí hay grandes canciones y las interpretaciones son exactamente como deben ser en este tipo de música.
Por si alguien sigue con dudas, “La cura” es, a pesar de su cuidada monotonía o quizás gracias a ella, una canción contagiosa y hasta alegre. La entonación aparentemente desganada de Natalia no esconde la presencia de pegadizas melodías, tanto en esta como en muchas otras canciones del disco. Todas estas características de las que he ido hablando confluyen en un estilo que conjuga lo narrativo con las guitarras ásperas para dar lugar a una personalidad propia que no oculta sus referencias pero las utiliza para generar un producto fresco e interesante.
El recurso de la repetición y el fraseo medio desganado se repite en “Fusilada”, canción en la que Sr. Chinarro participa en las voces. El resultado vuelve a ser extrañamente efectivo. Al atender a las letras, además, uno se da cuenta de que el título del disco debe ser irónico. Hay ansiedades, anhelos, búsquedas de cosas que jamás se encuentran, retratos casi asépticos de soledad, desconcierto, desapego y hasta inseguridad. La tentación de acordarse de gente como Weezer, Lou Reed o los grandes grupos del indie norteamericano empieza a ser grande, a pesar de la magnitud de los nombres citados. El disco se cierra con una canción que se sale un poco de la línea seguida hasta el momento: “El pueblo más grande” suena sencilla pero solemne, como si La Buena Vida hicieran una versión de nicoo viceversa.
Acabado el disco, seguimos sin saber a qué suena la felicidad pero hemos hecho un buen descubrimiento al que valdrá la pena seguir atentamente. Srta. Trueno Negro promesas.
Escucha Srta. Trueno Negro – El Sonido de la Felicidad
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