El anterior disco de la artista nacida en el Bronx y de padres guineanos Bebé fuente (2023), nos dejó un buen cúmulo de canciones repletas de ideas. Trazas de R&B, hip hop, o afrobeat, se congregaron para servir en bandeja un cancionero de lo más suculento, sirviéndose una producción de gran dinamismo y sensualidad.
El disco tuvo muy buenas críticas en general, aunque no acabó de despuntar en los gráficos como en un principio esperaba la discográfica, ya que invirtió una buena cantidad de dinero para que el sonido fuera exactamente lo que en definitiva acabó siendo, expansivo en su sincretismo.
En este Estrella de espalda (Interrogada2025) parece que el mensaje es claro: Amaarae ha nacido para ser no sólo la “estrella negra” a la que alude el título, sino también a ser una figura determinante en la industria del corriente principal. En portada la vemos embutida en un mono de látex, y posando sobre el fondo de la banda nacional de Guinea. De nuevo la plétora de colaboradores (tanto en la producción, como músicos y letristas) es de vértigo, aunque da buena cuenta de la red colaborativa (o clientelista) que se ve envuelto un género como el R&B o el urban, llámenlo como prefieran.
Si en el anterior disco había una apuesta por potenciar la “autoría” de nuestra artista (esa es la impresión que uno tuvo en su momento), en el sentido en que el disco daba pistas sobre una propia idiosincrasia por la que la autora quería transitar, en este parece que lo que prima es la ostentación de medios, el maximalismo hiperacelerado que deja a la canciones sin esa pátina de pretendida evolución estilística que más de uno esperábamos encontrar. ¿Que la espera no ha valido la pena? La respuesta es que no demasiado, porque tan abigarrado mosaico de sonidos acaba por saturar, por cortocircuitar ideas que parecían tener una salida más honrosa. En este caso la mixtura de elementos yuxtapuestos, en muchos casos, sirven para dejar la sensación de una Amaarae que se ha dejado llevar por la ambición desmedida de ser justamente una estrella a pasos acelerados.
Hay buenas ideas de producción en tan aparatoso disco. “Stack Up” da comienzo el disco a ritmo de prominentes arreglos de EDM y alusiones a la belleza del cuerpo negro. Muchas referencias a la noche, el sexo y el hedonismo tienen cabida a lo largo del disco: la colaboración con Pink Pantheress en “Kiss Me Trhu The Phone 2” es una sabrosa muestra de dancepop y una letra que ilustra bien los amores virtuales, y en “Girlie-pop! se dan cita el dembow espídico y el funk. Otras colaboraciones como la de Naomi Campbell (claro signo de que invitar a iconos de la moda parece rentable aunque sea para decir una sola frase boba) es pura rutina de ritmos convulsos, el acercamiento al afrobeat junto a Zacari en “100Drum” es machacón y sin gracia, como lo es igualmente “Fineshyt” y esas líneas de sintetizador house y bucles de rayos láser. Al final, y en conjunto, es un trabajo monótono y aburrido.
Escucha Amaarae – Black Star
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