Este es de esos álbumes que a uno le entretiene mucho. Es como un quién es quién de los dosmiles, ya que la inglesa Jessica Winter invita al oyente a divertirse con ella en un variado conjunto de canciones que barajan influencias de lo más dispares. Es un disco ideal para poner a prueba tu agudeza auditiva, porque seguro que más de algún sonido que en estos surcos aparecen estuvieron en la lista de reproducción de tu iPod en algún momento.
Aunque el título del álbum es definitorio, Invierno ya lleva editando epés desde hace tiempo aunque Mi primer álbum (Número de suerte, 2025) es, eso sí, su primer trabajo largo. Ella ya provenía de liderar la banda de punk Pregoblin (junto a Alex Sebley de Familia blanca gorda), pero es ahora donde certifica todo su potencial como compositora la mar de vivaracha.
Empezar el disco con una canción titulada “Nirvana” pudiera ser toda una seña de identidad para más de una joven de su generación, pero el tono de la canción fluctúa entre el glam de David Bowie de era Ziggy Stardust y la electrónica con (sitar incluído). El modelo de canción pop bailable en estado puro tiene un nombre para nuestra autora: Kylie Minogue. Las resonancias al Fiebre de la australiana están presentes en grandes temas como “L.O.V.E.”, “Feels Good (For Tonight), y “Aftersun”, que además se encadenan una secuenciación perfecta.
La pianística “Big Star” se asemeja bastante al intrascendente pop adictivo de Mika con bastante de la intuición y magisterio para hacer ganchos pop de Jeff Lynne; el maximalismo camp de “Worst Person In The World” tiene su punto Moscas; “I See The Robin” es una pieza más acústica e intimista que se fija en la Virgen de Cuentos a la hora de acostarsey su pasión por el grunge y el electroclash dan forma a piezas como “All I Ever Really Wanted”, “Wannabe” o “Got Something Good”.
Escucha Jessica Winter – Mi primer álbum