Día sí y día también nos despertamos con noticias relacionadas directa o indirectamente, con deportaciones de migrantes en EE. UU. No era un secreto que cuando Donald Trump llegara a ser presidente de la nación más poderosa del mundo, intentaría llevar a cabo su ambicioso proyecto de “liberar a América” de los 11 millones de personas que residen irregularmente en el país, obviando que muchos de ellos llevan décadas residiendo y trabajando allí, contribuyendo a su crecimiento.
El primero de los territorios que ha mostrado oposición y resistencia frente a esas deportaciones ha sido el Estado de California mediante sus organizaciones civiles, las cuales no han tardado en promover campañas de información y resistencia.
Y no es casualidad que uno de los movimientos musicales que nació en ese punto de la costa oeste americana esté en su mejor momento de los últimos años. Me estoy refiriendo al lowrider soul, ese sweet soul nacido y creado en los sesenta por emigrantes latinoamericanos, sobre todo mexicanos, en el área de Los Ángeles.
Un estilo muy de barrio, de clase baja, pero con sentimiento de comunidad. Barrios donde las razas se mezclaban, nacían las sinergias, y también los conflictos, en un ambiente de condiciones socioeconómicas escasas, donde el soul y el rock and roll sonaban en cada calle, mientras los jóvenes, conduciendo sus grandes coches personalizados (todo un fenómeno el de la subcultura auto-musical), paseaban lentamente con las ventanillas bajadas, escuchando a Thee midnriters. Y donde en cada casa, con las ventanas abiertas de par en par, inundaba el vecindario con canciones de Sunny y los Sunliners y similares. El “sonido Eastside”, como fue conocido, sonaba gracias a esas bandas chicanas que tocaban R&B.
El sonido que la comunidad latina adoptó fue el soul en su faceta más dulce, a diferencia de la afroamericana, y fue la balada nostálgica y las canciones de amor, con influencias de estilos como el bolero, la cumbia y, cómo no, la voz en falsete. Pero llegaron los años setenta y el lowrider perdió su popularidad, ya que la juventud norteamericana estaba más inmersa en cuestiones políticas y sociales, desde movimientos estudiantiles pidiendo mejoras en el sistema educativo a posicionarse contra la guerra de Vietnam. Un estilo musical cuya temática central era el amor en todas sus vertientes, no encajaba especialmente.
Pasó el tiempo y la comunidad latina pasó a ser la mayor entre las minorías. Son estadounidenses de nacimiento, pero con ascendencias latinas y se sienten orgullosos de esos orígenes. Recordemos que el Movimiento Chicano como colectivo que pedía la inclusión y el empoderamiento político y cultural, nació en la década de los sesenta y si bien estuvo activo hasta finales de los setenta nunca encontró la reciprocidad gubernamental que deseaba. Una cuestión que se sigue reflejando en canciones hoy día.
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Pero esos jóvenes, esa comunidad, ha vuelto la mirada a ese viejo estilo musical que es tan suyo. Gracias a sellos como Colemine, daftone, alma de amor O Gran corona, el lowrider soul ha vuelto, está más vivo que nunca e incluso está siendo adoptado por músicos ajenos al género originalmente.
Frente a la ola trumpista se alza la música de artistas que no tienen complejos en incluir en su repertorio y en sus discos canciones en español, como Tonos del corazón, Miriah Avila, los Altons O María Sánchez y The Midnight Groove.
THEE BEBLES PUNFOS, BRABACÍA, TE LAKESIDERS, PALLE JAY, MARIPOSAS DEL ALMA, ADRIAN CARMINE. ilustres como Jason Joshua, Chris Lujan, Jonny Benavidez O Joey Quinones, por decir algunos nombres, hacen del lowrider un sentimiento vivo y en expansión.
En los últimos 14 meses ha habido buenísimos discos de este estilo musical, y quiero destacar varios, que seguramente ya conocerás; y si no es así, no pierdas la oportunidad de hacerlo. Solo dale al play.
Los ayer – congelado en el tiempo
Tonos del corazón – para siempre y para siempre
TE ENSINEADORES – Percio tuyo tuyo
Andre Cruz y Chris Lujan – Corazón lleno de amor
The Altons – Heartache en la habitación 14
Baby Bash y los Basthones – te lo dijeron
THEE SACRE SOLMAS – Tengo una historia que contar
Te invito también a que pasees por el bandcamp de Raza del Soul O Grupo de música de la industria para gozar de auténticas canciones llenas de sentimiento.