Scarlet representa no solo el nombre del tan esperado nuevo disco de Doja Cat después de los dos años de espera por parte de sus fans tras Planet Her. Scarlet también es su nuevo alter ego, más agresivo, más rapero y más (y quizás demasiado, protagonista)
Con Planet Her en 2021, Doja Cat fue “encasillada” como estrella pop. Término sin ningún tipo de peyorativo y que recibió por el lanzamiento de un álbum redondo, en el que se hablaba del pop como algo que puede tener vertientes más urbanas, más clásicas, o modernas. Véase como ejemplos sus featurings con The Weeknd, Young Thug, SZA, o Ariana Grande. Tal fue la rabieta que cogió la artista, que Scarlet es su primer lanzamiento sin ningún tipo de feauturing. En Scarlet, según Doja Cat no hay espacio para una canción pop (o sí, porque los números que tiene “Paint The Town Red” en comparación con los otros tracks del disco, gracias a TikTok, demuestran lo contrario).
Este mal llamado berrinche que menciono anteriormente no ocurre de repente. Tras ser nominada al premio BET a la mejor artista femenina de hip hop en mayo de 2021, Doja Cat fue criticada en redes sociales por ser “demasiado pop» para ser considerada rapera. La artista respondió a las críticas en Twitter escribiendo: «Nunca me faltéis al respeto como rapera. Después de la última canción que he lanzado, respetaréis mi pluma y se acabó».
Y aquí está el resultado de sus palabras: un disco con una producción que suena antigua, y sin apenas aportaciones relevantes que no sean los elementos básicos del drill, o ese scream rap tan utilizado por BVDLVD, o Scarlxrd. En una entrevista con Rolling Stone, Doja Cat afirmaba que algunas de sus influencias en el proyecto eran Erykah Badu, John Coltrane y el hip hop de los 90s. Sí se pueden apreciar dichas influencias en canciones como “Often”, “Fuck The Girls (FTG)”, “Ouchies” o “97”.
En Scarlet, Doja intenta representar una imagen mucho más oscura e incluso punk. Para la promoción del disco (o como forma de presentarnos su nuevo alterego), se afeitó el pelo y las cejas, se hizo tatuajes como un murciélago en la espalda o una guadaña tras la oreja, y se la empezó a ver con maquillaje sangriento o lentillas rojas. Toda esta imagen punk tampoco se libró de polémica. La primera imagen que compartió Doja Cat como portada de álbum tuvo que ser reemplazada al recibir criticas por su evidente plagio a la portada de Of Gloom, el tercer disco de estudio de la banda alemana de metalcore Chaver.
Lo que salva a Doja Cat de toda esta confusión satánica o punk o rara en general, son sus composiciones y barras. Aunque sí se hace repetitivo y largo escucharla en solitario durante los 17 tracks que componen Scarlet, el punto positivo de Doja Cat siempre será su capacidad de hacernos reír con alguna barbaridad que diga entrelineas.
Escucha Doja Cat – Scarlet