Los acontecimientos no han dejado de sucederse de manera vertiginosa en los más de once años de historia que atesoran Llorar como banda. Aquel debut homónimo con el que irrumpieron en 2014, de sonido áspero y urgente, rememoraba la angustia post-grunge con una habilidad impropia de una banda apenas se movía en su adolescencia. Parece ayer, pero pasada ya una década, Carla Pérez, Oriol Fuente, Jazz y leia rodriguez (ambas hijas de Ramón Rodríguez, alias El nuevo Raemon, y esta última responsable de un excelente trabajo en solitario publicado en 2022), optan por el cambio de idioma en una decisión que se revela acertada, pues el castellano funciona en este caso como envoltura ideal para un puñado de canciones de pulso afilado y directo que completan su álbum más pop hasta la fecha.
Si ya con su puesta de largo llamaron la atención de un sello con tanto pedigrí como el norteamericano Pistas capturadassu fulgurante despliegue por escenarios de medio mundo, algo que a muchos costaría toda una carrera conseguir, supondría la constatación de que estábamos ante algo serio. Instalados aún en una más que envidiable juventud (sus edades transitan entre los 25 y los 28 años), este álbum, el sexto de su imparable carrera, debería suponer un punto de inflexión por la calidad del material reunido y por la accesibilidad que otorga el castellano a su discurso. Sus veinticinco minutos transcurren sin bajar la guardia en ningún instante, manteniendo la frescura y la pegada intactas desde el primer al último acorde.
El músico y productor noruego Kenneth Ishak borda una producción que hace justicia a la inmediatez de unas composiciones de impacto instantáneo, especialmente palpable en el single “Alegre y Jovial”, y en otros números igualmente destacables como la evocadora “En El Lago”, la centelleante “Dormir Tarde”, o la descarnada “Verdura y Sentimientos”. Los textos transitan ágiles entre temáticas trascendentes como la amistad, la importancia de los pequeños detalles y la profundidad de unos sentimientos que rehuyen coartadas pretenciosas y dejan huella en la memoria.
Ya desde la portada, con la estampa de los cuatro miembros de la banda flotando sobre un agua cristalina, se atisba un estado de contagiosa paz interior que acompaña una escucha con momentos que suman al conjunto como “Burriac” , “No Queda Nada” o “Espejo Latente”. En ellos brillan sus guitarras incisivas conectadas en perfecta sinergia con esa manera de jugar con la percusión tan característica de su sonido, creando remolinos de energía desatada, y logrando en conjunto redondear desarrollos adictivos que piden pulsar el botón de repetir sin concesiones.
El tema titular, “Letra Ligada”, sintetiza a la perfección las virtudes de esta nueva piel adoptada por Llorar. Una que coloca las melodías en primer plano sin abandonar su esencia guitarrera, enriqueciendo su propuesta y abriendo nuevas vías de exploración con las que seguir creciendo.
Escucha Mourn – Letra Ligada