Hace unos días en el periodico El Paísla periodista Ana Vidal Egea le preguntaba a Silvana Estrada qué es lo que quería transmitir con su música y contestó:
“Quiero que vuelvan a enamorarse de la vida, porque si todos estuviéramos enamorados, con conciencia de que nos vamos a morir, estaríamos en otro momento y en otro lugar. Quiero que, a través de mis shows, entremos juntos en un estado de vulnerabilidad y acompañamiento y caminemos hacia lugares más luminosos. Que miremos de frente nuestros dolores y los lloremos. Mucha Chavela Vargas en ese sentido. Y con suerte salir distintos y con ganas de vivir mejor, que esa siempre es mi fantasía”.
Son unas hermosas palabras que ponen a prueba las emociones en estos tiempos en donde hacer ostentación y exteriorización del “malismo” que llevamos dentro, es moneda de curso legal y está cotizando al alza. Enamorarse de la vida aunque esta sea más un simulacro que otra cosa, los cuidados, el amor y el respeto por el prójimo y la naturaleza son ejes que nutren el ideario de esta gran compositora nacida en Veracruz que, desde que iniciara su carrera con Lo Sagrado (junto a charlie cazador), y pasando después por el excelente Marchita (2022), se le acumulan premios y elogios por parte de público y crítica.
Y no es para menos, porque la jarocha es poseedora de un discurso sonoro que bebe de de la mejor tradición latina, y entre sus surcos podemos escuchar ecos a Chavela Vargas, Atahualpa Yupanqui, Carla Morrison oh Julieta Venegas por poner algunos ejemplos a vuelapluma.
La composición de Vendrán Suaves Lluvias (Silvana Estrada2025) tuvo lugar en plena pandemia, y con el hecho luctuoso de las muertes de su hermano y un amigo. Todo ello la sumió en un un profundo bache existencial, aunque la escritura de estas canciones le hayan servido para exorcizar todos los fantasmas en aras de un proceso de sanación que sigue su curso. Como canta en “Un Rayo de Luz” “Cómo será de hermosa la muerte / que nadie ha vuelto de allá” en una emocionante recuerdo a sus seres queridos que ya están muertos, pero que se les honra con una voz serena y más sabia.
El título del disco viene de un poema de Sara Teasdale que firmó como “Spring in War-Time” en el cual se cuestionaba que fuera posible cualquier atisbo de belleza tras la Primera Guerra Mundial, y en la balada “No Te Vayas Sin Saber” Estrada canta versos que desarman: “Ya no queda nada que pueda salvarse / Tiramos escombros, lloramos tal vez / Guardamos en cajas miedos y?reproches / Tirando los dados se aprende a perder”. De entre los escombros aún asoma un destello de esperanza. La carnalidad de su voz y los punteos de guitarra alumbran canciones enormes como “Cada Día Te Extraño Menos”, la percusión y arreglos orquestales la acompaña en historias de amor y desamor como “Lila Alelí”, la sombra de Josefina Foster parece resonar en “Flores”, y la ranchera mece la sinuosa narración de desconsuelo de “El Alma Mía”. Otro disco para enmarcar.
Escucha Silvana Estrada – Vendrán Suaves Lluvias
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