Hace un tiempo que Lorena Álvarez dijo en una entrevista que le encantaría que, en algún momento, sus canciones llegaran a la gente de una forma tan nítida que se sintieran de la misma forma que ella las siente. Llegará ese día. Igual en un mundo ideal ya estarían siendo tarareadas por miles de personas, y sería un mantra o un murmullo que amenizara todas nuestras noches de las plazas de los pueblos. La música de la asturiana parece que se pueda tocar, oler, respirar; es táctil y llena de colores; hace que lo sencillo sea lo más hermoso de la vida en estos tiempos donde el ruido disfraza el simulacro de experiencias que se sienten muy vividas pero son muy vacías. Su música es como ese gesto que está fuera de plano pero que da sentido a todo.
Permítanme que me acuerde del gran poeta gallego Luis Pereiro. Su poema (Oración) de 1995 dice:
“Ahora cierra los ojos / e imagina / que lo que escuchas / es una plegaria atea / dirigida a ti en la oscuridad / por una voz invisible y perdida / en los templos de un amor / ritualizado // Escucha cómo atraviesa el silencio / ese rumor carnal desesperado / que se acerca nocturno a tu existencia / contagiando con los suyos tus deseos / y penetrando en ti se va asentando / inaudible y fatal / en tus entrañas”.
Es el poema que evoca. patetismo en la obra de Álvarez: sus melodías se sienten como mini plegarias de bolsillo, como esas canciones de sus adoradas Vainica Doble pero en clave lo-fi; es un manto sonoro que se despliega como una bella letanía que desborda los límites de lo vivido y de lo sufrido; canciones, en definitiva, que son como pentagramas errantes, que siempre están en fuga, y poseen la magia de encandilar en susurros.
Con este El Poder Sobre Una Misma (Montgri2025) estamos ante uno de los mejores discos hechos por estas tierras que uno haya escuchado en mucho tiempo. Las razones se explican en nueve canciones memorables, tanto en lo armónico como en lo lírico. El disco se abre con “El Amor Crece”, una tonada que me hace recordar al pop canastero de cathy Burdeosy contiene esos versos que desarman en su plasticidad y su sereno lirismo: “Cuando el amor crece / Todo alrededor desaparece / Cuando crece el amor / Todo crece alrededor”. Victor Herrero a las guitarras (española, portuguesa, electrica), Juan Torán al bajo, y los jaleos de Soleá Morente encandilan en la rumba “Increible”, un tema en donde se ensalzan a las mujeres empoderadas, esas a las que muchos hombres dejan de lado por cobardía.
En este trabajo hay mucho de mirada interior, de un trabajo intensivo de introspección durante años por conocerse más a una misma. Sin ir más lejos este disco se lo dedica Lorena a su psicóloga de la Seguridad Social y a su maestra de yoga, y ese runrún interior impregna el recorrido de “Una Mirada Oscura (“Un animal poseyendo a otro animal / esa es la historia de la humanidad / y el miedo a que explote / con la fuerza sobrehumana de un volcán”) con ecos a Vasti Bunyan. Esa reflexividad (una mujer que busca reconstruirse a través de la ternura) también traza la senda sinuosa de “Guíame”, con los preciosos arreglos de flauta y teclados de Alonso Díazy esos aires de bossa nova psicodélica (“No dejes que me convierta en piedra / canta a través de mi”). Escuchando la languida “Los Pensamientos” hay espacio para imaginar que uno se pierde entre la espesura de la naturaleza al ritmo de Sibil Baiery amanece con el primer rocío del mañana mientras de lejos se escucha a Marcos Valle (“Los pensamientos / ni malos ni buenos / no son verdaderos”). De nuevo una suave psicodelia recubre los contornos de “Se Me Daba Cuidao” con Torán recreando cenefas ambient con el sintetizador que acaban hibridándose con el flamenco de forma natural, y con Soleá Morente cantando en la parte final unos versos populares. También “Rezo En Secreto” hay unos versos de la canción “Yo Solo” de Ray Herediay la parte vocal a cargo de Miriam Toukam son fragmentos de “Awdah” del cantante líbio Hamid Al-Shaeri recreando una mixtura de estilos que remite a pedro Burruezo. El pop te abriga en “Disolver El Deseo” como en las mejores partituras de Julio Bustamantey llegando al final, “El Poder De Una Misma” es una “historia basada en hechos reales” a ritmo de ranchera con fondo de western.
Escucha Lorena Álvarez – El Poder Sobre Una Misma
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