
El autor londinense Martin Aston publicó en 2013 un extenso y formidable ensayo sobre el sello 4AD que ahora es traducido al castellano por la editorial Contra bajo el título de A Contracorriente: La historia de 4AD, y que se perfila como uno de los libros musicales del año.
Tras un ingente trabajo de investigación, Aston hace una radiografía del sello que en los 80 fundaron Ivo Watts-Russell y Peter Kent con la inestimable ayuda en los diseños gráficos de Vaughan Oliver. Una escudería que descubrió a la escena musical grupos seminales como Cocteau Twins, Dead Can Dance o Pixies, y que hicieron que los sonidos fueran un lienzo en blanco en donde imaginar y garabatear paisajes imprevisibles, audaces y misteriosos.
Hablamos con Martin Aston a través de Zoom.
«La historia de 4AD no se trata solo de las bandas que más vendieron (…) es la historia de cada disco que sacó el sello»
El libro parece surgir de tu pasión por el sonido de 4AD. ¿Cuándo empezaste a considerar escribir este ensayo? ¿Y qué fue lo primero que te hizo pensar en escribirlo? Escríbelo.
Creo que empecé a escribir sobre música en 1984, así que conocía 4AD desde hacía mucho tiempo. Compré el primer álbum de Cocteau Twins y también el primer sencillo de Bauhaus, pero en ese momento no era un gran coleccionista ni nada por el estilo. Pero cuando empecé a escribir, me empezaron a mandar casi todo lo que sacaba el sello, y entonces comencé a comprender y a retroceder años atrás para comprar referencias anteriores. Empecé a entender lo creativo que era el sello; mucha de su música realmente era muy especial para mi.
Con los años, desarrollé una especie de relación con el sello en términos de seguir su música y volviéndome, en cierta forma, amigo de la gente que lo dirigía. No amigos íntimos que se iban al pub, pero sí una relación cercana, alguien al que consideraban parte del entorno del sello. Escribía sobre sus lanzamientos y la relación era muy cordial. Incluso escribí las notas del recopilatorio Lilliput, y también hice otros trabajos para ellos como biografías. Tuve la suerte de que me dieran una maqueta de Red House Painters que luego pasé a Ivo, y él terminó fichándoos. Así que se fue fraguando una relación intensa.
Cuando Ivo vendió su parte del sello en 1999 ya se había mudado permanentemente a Estados Unidos en 1993, y perdimos el contacto. A finales de los 90 volvimos a hablar, cuando Mojo —revista para la que trabajo mucho— me pidió hacer un artículo, creo que sobre Vaughan Oliver, quien hacía todo el arte gráfico de 4AD. Después escribí una pieza sobre This Mortal Coil, que era el proyecto personal de Ivo dentro de 4AD, algo raro para el jefe de sello discográfico.
Empezamos a hablar otra vez. Yo ya no trabajaba como editor en una revista, sino que estaba en casa, trabajando como freelance y escribiendo sobre música a tiempo completo. Y ahí se me ocurrió: hay una historia que contar aquí. La historia de Ivo, de cómo creó el sello, de cómo se hartó de la industria musical y desapareció, por decirlo así. Desde que vendió su parte del sello construyó una casa en el desierto de Nuevo México, y no ha vuelto a involucrarse en la música. Han pasado 26 años.
Vi que había una historia y, por suerte, una editorial estuvo de acuerdo conmigo. Así que empecé a escribir el libro. Fue cuestión de tiempo ya que tenía mucho material desde 1984, unos 30 años de historia con bandas. Hice unas 115 entrevistas nuevas, así que tenía mucho con qué trabajar. Por eso el libro es tan largo, porque hay mucha historia, pero cabe aclarar que la historia no es solo historia: la música está por encima de todo. La música es lo que importa, aunque también hay una historia que contar. Quise contar tanto la música como lo que representa, su sonido, su visión, lo que simbolizó para la música independiente británica, y es por lo tanto unl libro que trata tanto del sonido como de la cosmovisión de unos artistas.
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A veces, al leer el libro, tenía la sensación de estar leyendo una novela más que un ensayo.
Bueno, lo tomo como un cumplido. Una crítica que recibió el libro cuando salió en inglés en 2013 decía que era 200 páginas demasiado largo. Se preguntaban: “¿Quiénes son todas estas bandas?” Para mí, la historia de 4AD no se trata solo de las bandas que más vendieron. No es solo Cocteau Twins, Pixies, Dead Can Dance o The Breeders. Es la historia de cada disco que sacó el sello. Entonces, ¿por qué iba a escribir solo sobre unos y no sobre otros? Incluí entrevistas con artistas que quizás solo sacaron un sencillo. No es solo sobre grupos superventas. No entiendo por qué alguien pensaría que la historia de 4AD debía limitarse a los grupos más conocidos.
Pero supongo que el libro es sobre personas, sobre artistas algbo mucho más humano. Trata sobre vulnerabilidad, relaciones. Todo eso está detrás de la música. 4AD nunca siguió tendencias ni intentó ser una marca. Ivo solo fichaba a la gente cuya música sentía que era la adecuada.
Además, había muchas parejas en las bandas. No es una telenovela, pero hay vida humana: los altibajos, las discusiones, las reconciliaciones, la belleza, la tristeza. Eso es lo que hace que sea tan especial, esa cualidad humana. Y fue un problema, porque muchos artistas tuvieron problemas enfrentándose a la industria. Querían vivir de su música, pero eso genera conflicto. Y mucha tristeza, sobre todo con Ivo, que terminó tan afectado que lo dejó todo. Nunca más hizo nada relacionado con la música.
¿Cómo definirías el sonido de 4AD?
No creo que se pueda. Creo que, si miras a las bandas más populares de 4AD – Cocteau Twins, Pixies-, bueno, también diría que Dead Can Dance vendieron muchos discos, probablemente incluso más que Cocteau Twins, en realidad. Pero si dijéramos que todo empieza con Cocteau Twins, sí hay una similitud, pero con Pixies, desde luego, no. No se puede decir que haya ninguna conexión entre una y otra, salvo que ambas tienen un aura de misterio.
En cierto modo, sus letras plantean más preguntas que respuestas. Esa podría ser una forma de describirlo.
Hubo un período en la historia de 4AD – ciertamente a mediados y finales de los años 80- en el que hubo una especie de confluencia: un encuentro entre Cocteau Twins, Dead Can Dance, el propio proyecto de Ivo, This Mortal Coil, que utilizaba miembros de ambas bandas y creaba un sonido similar. Era como una versión temprana de lo que más tarde se conoció como dream pop, y eso es lo que la gente suele llamar “el sonido clásico de 4AD”.
Pero ese sonido realmente solo duró un corto período de tiempo. Otra banda que llegó un poco después desde Estados Unidos fue His Name Is Alive, y probablemente también la banda británica Lush a principios de los 90. En esas bandas todavía había elementos de ese sonido clásico de 4AD que continuó durante dos o tres grupos más, pero la música fue cambiando. Red House Painters no suenan como Cocteau Twins, ni como Pixies. Lo único que une todo esto, al menos para mí – como digo en el libro- es una especie de misterio, una especie de… creo que es una cualidad emocional que da testimonio de la sensibilidad de Ivo, de su gusto musical.
Si ves lo que le gustaba cuando era joven, a menudo elegía cosas muy particulares. Su cantante favorito, y probablemente todavía lo sea, es Tim Buckley – el padre de Jeff Buckley- , que también es prácticamente mi cantante favorito, por eso Ivo y yo nos conectamos en lo musical. Era un gran fan, por ejemplo, del tercer álbum de Big Star, y yo también. Y hay una especie de tristeza en esa música, una especie de… bueno, sí, creo que la única forma de resumirlo es como melancolía.
Y muchos de los cantantes de 4AD, como Elizabeth Fraser, Lisa Gerrard y Brendan Perry, o Mark Kozelek, tienen una impronta de tristeza en sus voces. Pero Charles Francis (Black Francis) de Pixies no transmite tristeza en contraste.
Así que, ¿qué es entonces? Es un misterio. Hay una especie de oscuridad, algo inquietante. Como si lanzaran un hechizo, pero por debajo hay todo el caos de las relaciones humanas. Es lo único que puedo decir para explicarlo.
No creo que se pueda resumir del todo. Es una mezcla de emociones… y más emociones.
Y con Ivo sigo en contacto. Ahora tenemos relación por correo electrónico, porque vive en el extranjero. Pero cuando viene a Londres nos vemos. Sigue siendo, a su manera, un personaje atormentado, emocionalmente complejo. No quiero hablar demasiado por él, porque no está aquí para defenderse, pero sí diría que aún lucha con… digamos, ciertos aspectos de la salud mental. No quiero exagerar esto, no me malinterpretes.
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¿Qué aportó 4AD a la música que lo diferenciaba del sonido post-punk de su tiempo?
De nuevo, era cuestión del gusto personal de Ivo. Un periodista dijo algo muy bueno sobre los sellos independientes británicos. Dijo: si Factory era como un club nocturno, Rough Trade como una comuna, entonces 4AD era como una iglesia.
Y me parece una gran metáfora. No era música religiosa, pero el público seguía el sello como una comunidad, casi como un culto. Vaughan Oliver, que hacía las portadas, aportaba belleza y misterio, como David Lynch. Las portadas eran objetos bellos, diseñados con mucho cuidado.
4AD tenía una cualidad gótica en sus inicios: bandas como In Camera, X-Mal Deutschland, Clan of Xymox fueron paradigmáticas. Mientras Mute hacía pop electrónico y Rough Trade era más política, 4AD tenía una atmósfera como de iglesia. Dead Can Dance, por ejemplo, sonaban como del siglo XVI, música coral, casi himnos.
El libro es extenso: ¿Cómo lo estructuraste desde un principio?
Quise seguir una línea cronológica, desde el principio hasta el final. 4AD en los 90 se volvió más cercana a lo que luego se llamó americana, con toques de folk y country: Red House Painters, Tarnation, etc. Ivo ya vivía en EE. UU. y se rodeaba de música americana, pero eso no vendía tanto. Así que la historia se cuenta año por año, mostrando cómo todo iba cambiando: MTV, los vídeos caros, los CD, la presión de las ventas, etc.
Así que, ya sabes, las cosas realmente cambiaron, e Ivo ya estaba viviendo en América. Después de haber empezado a fichar bandas estadounidenses, ahora vivía allí, así que estaba rodeado de mucha más música americana. Empezó a trabajar más dentro de ese ambiente, pero obviamente aún eran los primeros días para ese tipo de música y no se vendían muchas copias.
De todos modos, sí, la estructura de la historia parte de las diferentes cualidades de la música en los años 80 y luego va avanzando, pasando por lo que se conoció como música shoegaze, que en 4AD estuvo representada por bandas como Lush o Pale Saints, aunque realmente hubo muy poco de eso. Pero, de nuevo, nunca hicieron nada parecido al grunge, aunque los Pixies precedieron al grunge, no hubo una continuación real de los Pixies dentro de 4AD.
Así que simplemente quise estructurar el libro de esa manera. Pensé que tenía que contar la historia, quería que fuera desde el principio hasta el final, contando cómo todos los cambios dentro de la industria afectaron, y cómo todo fue cambiando, especialmente hacia finales de los 80. Obviamente, MTV se convirtió en un actor muy importante en la música, así que todo el mundo intentaba hacer videoclips, que costaban mucho dinero. De repente, apareció la cultura del CD, y todos querían entrar en las listas de éxitos, así que había más de una versión en CD de los sencillos, lo que significaba que las bandas tenían que crear más música.
Eso generó mucha más presión sobre las bandas para competir. Y todos estos cambios pusieron mucha presión sobre Ivo y sobre lo que las bandas esperaban de 4AD en términos de apoyo y dinero, aunque a veces las ventas de discos no justificaban esas expectativas. Así que había todos estos cambios ocurriendo en la industria, y para mí, la única manera de contar la historia era hacerlo año por año, a medida que todo seguía cambiando, y a medida que unas bandas se iban y otras se incorporaban.