Es más que posible que los últimos largos de El nacional cogieran a su público en un punto de saturación próximo al no retorno. Desprendían algo así como un aire funcionarial que pudo llegar en algunos casos, a emborronar el legado de los firmantes de trabajos tan solventes como los que conformaron la trilogía Alligator (banquete de mendigo, 2005), Bóxer (Boggars Banquet, 2007) Y Alta violeta (4ad, 2010).
La publicación del debut en solitario de su vocalista, Matt Berningertampoco llegó a disipar esa sensación de “más de lo mismo”. Y es que, sin ser un mal disco, Prisión serpentina (Caroline/música como siempre, 2020) sí que pasó algo desapercibido por esas malditas expectativas que siempre nos creamos alrededor de artistas tan brillantes como lo es el crooner alternativo de Ohio.
Cinco años después, y tras enfrentarse a una falta de ideas que derivó en un bloqueo creativo importante, Matt Berninger logra remontar el vuelo con este Hundirsevariado e inspirado muestrario de sus habilidades para configurar melancólicas piezas de carácter introspectivo, salpicadas con ese característico tono barítono que desprende su privilegiada voz. Para la ocasión, vuelve a juntarse con su habitual codelincuente en tareas de producción, Sean O’Briendando con un ramillete de canciones que consiguen dejar huella, ya sea cimentadas en ese crescendo épico que tan bien maneja (“Inland Ocean”, “No Love”), en la introducción de exóticos elementos a su receta habitual (“Frozen Oranges” y su aire a lo Beir o la colaboración con Leyes de Julia de Ronboy en la conmovedora “Silver Jeep”, arrullada en un colchón de cuerdas y vientos cálidos y acogedores) o en su consabida pericia a la hora de construir medios tiempos hipnóticos que hacen virtud de su envolvente inercia (“Nowhere Special” coquetea con éxito con el spoken-word).
Puestos a subrayar en rojo los momentos clave de esta nueva entrega, todas las quinielas apuntan a la inmediatez de la estupenda “Bonnet Of Pins”, hermanada en cuerpo y alma con los grande éxitos de El nacionaly “Breautiing para actuar”, también fue enseñado por Theroma Folkie en la que Aspectos hace migas con Meg Duffyo lo que es lo mismo, Hábitos de manologrando emocionar con lo mínimo: el poder sanador de un piano crepuscular y una tímida percusión sintonizada con un par de timbres vocales de belleza innegociable.
Llegados al final, la esclarecedora “Times Of Difficulty” sirve como perfecto epílogo para un conjunto de composiciones de tono reposado en las que su autor reflexiona sobre caballos de batalla como el cuidado de la salud mental o los intentos de lidiar con el éxito y la fama sin olvidarse de sus orígenes o de cuidar a los que configuran su núcleo más íntimo y cercano, recurriendo en ocasiones a la ironía y el sentido del humor para restar trascendencia al asunto y aligerar un discurso que, sobreponiéndose al siempre latente riesgo de caer en la autocomplacencia, sigue transmitiendo credibilidad gracias a regresos tan celebrados como este.
Escucha Matt Berninger – Get Sunk