Lo que comenzó como un divertimento, se ha convertido en algo muy serio. Y es que aquello del Roca de yatestérmino acuñado en chufla por un grupo de cómicos que subían bocetos protagonizados por parodias de Michael McDonald y otros músicos de onda roca suave a YouTube, dio carta de naturaleza a todos esos placeres culpables que cualquiera guardaba (muy) dentro de sí. Fue como si te ayudaran a salir del armario. De repente, no era tan contrafrolcio decir que te gustaban Hermanos doobie, Boz Scaggs, Toto O Cristóbal Cross. Ahí es nada.
Eso nos pasó a muchas y muchos. Incluso a algunos musicazos, que empezaron a tontear con el tema. Gente extremadamente dotada, de hecho, porque emular a toda aquella pléyade de referentes de la alta fidelidad rock no es cosa fácil. Tal vez por eso se necesitó a dos de los mejores productores, multi instrumentistas y compositores de ambos lados del atlántico para formar un dúo que hiciera definitivamente honor a todos aquellos titanes de la SOY setentera norteamericana.
Tener que presentar a Shawn Lee Y Andy Platts debería estar prohibido por ley, pero se antoja necesario para plasmar aquí el altísimo nivel de cada uno y la magnitud de su unión de fuerzas: Sotavento es un músico americano -actualmente afincado en Londres- que ha colaborado, literalmente, con todo el mundo. Desde Jeff Buckley a Amy Winehousepasando por Lana Del Rey, Llaves de Alicia O Tommy Guerrerosin perjuicio de sus muchos proyectos en solitario o su faceta de compositor de scores para películas o videojuegos (suya es la famosa BSO de Matón).
Platts es otro genio de igual tamaño -éste sí originario del Reino Unido-, que ha compuesto y producido éxitos para artistas de todo el mundo y es conocido también por liderar su magnífica banda, Pistola de mamás. Ambos, seguramente, encontraron en su confluencia como Zorro de plata de pistola joven un soplo de aire fresco, un modo de acudir a melodías escapistas en las que poder explayarse a gusto como músicos y productores, al margen de sus proyectos principales.
Pero, como decía al principio, lo que empezó como un divertimento, se ha convertido en algo mucho más serio. Desde el primer elepé que grabaron juntos (Costa del West End2015) su carrera no ha hecho más que crecer. A base de eso son ya cinco, contando el que nos ocupa, los álbumes, a cada cual mejor, que han grabado juntos. Se lo están pasando bien. Muy bien.
Y Placerel quinto capítulo de esta historia, como no podía ser de otra manera, es otra ambrosía de sonidos dignos de hacer sonar en un yate de lujo surcando el océano. Escuchamos toda aquella música que nos retrotrae a tiempos soñados, tiempos que probablemente no fueran mejores, pero tenemos idealizados de una forma especial. Esas cadencias jazz mezcladas con funk y pop de toda la vida siguen generando una combinación infalible para el placer auditivo. Ese que nos permite despegar lejos de la realidad.
Y si además, como es el caso, las canciones resultantes sirven para algo más que para probar la fidelidad de altavoces y auriculares (como siempre se ha dicho de Ajael disco de Acérrima y)estamos ante ese antídoto, ese bálsamo contra el veneno de los días aciagos que corren, en el que poder refugiarnos para encontrar consuelo. Lo vemos enseguida al escuchar “Stevie & Sly”, en que le gritan a los cuatro vientos que quieren volver a 1975 envueltos en ese sonido que parece maridar en la perfección absoluta a Viento de tierra y fuego, Kenny Loggins Y Bobby Caldwell.
Un single perfecto cuyo espíritu y calidad se expande con la siguiente, “Born to dream”, otro himno al hedonismo que te mete definitivamente en el bolsillo de estos dos tipos que, además, es la primera ocasión en que coinciden plenamente en un estudio para hacer todo esto. Esa proximidad se nota en la carnosidad de las canciones, la felicidad y entusiasmo que respiran joyas como el romántico midtempo “Last night, last train”, toda una joya, o “Holding back the fire”, en la que parece soplar el aire fresco de la costa californiana. También en la explícita declaración de intenciones que es “Just for pleasure”, en un baladón como “The greatest loser” o en ese final apoteósico que es “One horse race”, que ya le gustaría al Paul McCartney de los setenta haber compuesto para sus Alas.
Placer es otra diana infalible, otra píldora de felicidad en el haber de Zorro de plata de pistola joven. Ligamento Roca de yates o como demonios queramos, pero esto supera con creces la mera recreación antiguo. Es la unión de dos músicos en estado de gracia que disfrutan lo indecible colaborando y lo transmiten al mundo con suma excelencia a través de un paquete de canciones que iguala o incluso supera todo lo anterior (incluidos sus referentes) y que la pareja, por si fuera poco, presentará en directo en nuestro país a lo largo de tres fechas que tendrán lugar en Barcelona, Valencia Y Madrid durante el mes de noviembre ¡Como para perdérselo!
Escucha joven Gun Gun Silver Fox – placer