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El siempre controvertido Ted Nugent es conocido desde hace tiempo como el Loco de la Ciudad del Motortítulo que se ganó gracias a su afición por las actuaciones en directo explosivas y alocadas en Detroit o fuera.
En su juventud, cuando era parte de los Amboy Dukes y después en solitario, el guitarrista era conocido por sus explosivos directos en los que en ocasiones saltaba de los altavoces y se colgaba de vigas. En una entrevista reciente con Eddie Trunk de Sirius XM, Nugent recordó sus extravagantes travesuras en el escenario, en concreto las acrobacias que en ocasiones podrían haberle costado la vida.
«Me refiero a correr, el atletismo, la rampa… creamos todo eso de la rampa en el escenario porque era tan hiperactivo, tan impulsado por los ritmos que me proporcionaba mi increíble banda, que no podías quedarte ahí parado y tocar», recordó el guitarrista, antes de mencionar una memorable experiencia cercana a la muerte.
«Al bajar del techo del Cobo Hall en los 80, mi pelo se enganchó en la polea a 42 metros de altura. Y tuve que arrancar con fuerza ese mechón de pelo de la polea o me habría desplomado y habría muerto».
Otra cosa arriesgada que hizo Nugent fue montar un animal salvaje de 450 kilos en el escenario.
«Montar un búfalo en el escenario del House of Blues de Chicago, donde subíamos por el ascensor donde los cuernos del búfalo estaban pegados a mi trasero», continuó el rockero. «Y si estornudaba, me habría curado de por vida».
«Debería haber muerto, oh, quizás 30, 40 veces», calculó el guitarrista. «Pero por suerte estaba muy sano y era atlético».
Nugent comparó su estilo de actuación extremo con el de un piloto de carreras que se esfuerza al límite para llegar primero… «No podría haberte dicho que ese era mi enfoque en aquel entonces, pero así era».
Un encuentro casual con un criador de búfalos llevó a Nugent a estudiar a estas impresionantes bestias. Poco a poco aprendió a ganarse la confianza del animal y finalmente entrenó a uno para montarlo en el escenario.
«Sé que algunos no creen que se deba domesticar animales salvajes, pero nosotros sí, podemos, lo hacemos», señaló Nugent. «Y si se hace con reverencia, respeto y un cuidado genuino de estos animales, entonces hay un lugar para eso».
Por supuesto, practicar en una granja y subirse a un escenario frente al público eran dos cosas muy diferentes. Nugent admitió que le preocupaba que el búfalo «me matara a mí o a las primeras cuatro filas» si se asustaba con el ruido o la iluminación.
«Pero por suerte, había pasado tanto tiempo montándolo que llegó a aceptarme e incluso a aceptar el caos y la indignación de un concierto de rock ‘n’ roll. Y la gente me veía salir montando a Chief en el escenario».
Montar un búfalo se convertiría en una especie de seña de identidad para Nugent, quien repitió el acto muchas veces a lo largo de su carrera. En cuanto a lo que le sucedió a su primer búfalo en el escenario, el ávido cazador fue directo: «Creo que lo salteamos un poco en mi barbacoa».