No hace mucho tiempo reindicaba a Los horrores como uno de los pocos proyectos de los surgidos hace dos décadas, que mantienen la inspiración y han sabido evolucionar sin que sus discos decaigan. Algo que vuelven a constatar en su ya sexta entrega, el notable Vida nocturna donde van un paso más allá, sorprendiéndonos con nuevos y estimulantes quiebros.
Muchas cosas han pasado en los ocho años transcurridos desde que editaron V (2017), esa especie de consagración tras la que llegaron dos EPs un tanto desconcertantes como Patán (2021) Y Contra la cuchilla (2021), en los que los de Faris Badwan se acercaban al rock industrial, dejando atrás esa psicodelia expansiva y vaporosa, construida sobre capas de shoegaze y sintetizadores.
Vida nocturna es un reinicio para Los horrores, de cuyos miembros fundadores solo permanecen Badwan y el bajista Rhys Webb junto a las guitarras de Joshua Haywardsumándose el batería de Telegram Jordan Cobb y la teclista Amelia Kidd, proveniente de la banda escocesa de coldwave La novena ola. Dos refuerzos que junto a la producción de Yves Rothman apuntalan su buen momento, oscureciendo el ya de por sí oscuro discurso de los de Southend, que adquiere sus mayores cotas en un interesante trabajo dominado por los asfixiantes bajos, los ambientes y las capas de sintes que inundan sus nueve cortes.
Una oda de post-punk gótico y crepuscular, que se presenta con la cinética y densa «Ariel»; que pronto se adentra en la electrónica pesada muy Modo Depeche de una «Silent Sister», que termina explotando hacia los Uñas de nueve pulgadas más retorcidos, y desembocando en una de sus piezas angulares, la siniestra «The Silence That Remains» que conocimos como primer adelanto y que sirve como guía del sonido que predomina a lo largo de su minutaje.
Lo industrial vuelve a asomar en la agresiva «Trial By Fire», mientras que las bases somnolientas de «The Feeling Is Gone» rebajan decibelios y marcan el camino para el pasaje atmosférico y postapocalíptico de «Lotus Eater», etéreo viaje de techno nocturno en el que perderse y no salir. Despertaremos del mantra con otra de sus joyas, la épica «More Than Life», monumento de darkwave que ya se encuentra entre lo mejor de su repertorio y que desemboca en la belleza implacable de «When The Rhythm Breaks» y el melódico cierre de una «LA Runaway», que ejerce como interesante contrapunto.
Sus mejores canciones desde Colores primarios (2009).
Escucha los horrores – vida nocturna
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