Hay carreras musicales que se desarrollan a través del sosiego y de la serenidad. Mucho de ello tiene la del protagonista de esta reseña, Jesús Sanguí. El es un cantante, huesomonederosin nos adscribimos al anglicismo más afín a los pasajes sonoros de su propuesta, ha demostrado a lo largo de los años su buen hacer a las seis cuerdas en innumerables proyectos y colaboraciones que abarcan desde grabar con Nadia Álvarez o colaborar en la elaboración de canciones para Me odian. a formar parte esencial de prometedores proyectos rock folk como La porpoe escondida que, desgraciadamente, no llegaron a publicar en estudio su más que notable colección de canciones.
Pero si por algo destaca Sangre es por su ya longeva carrera en solitario. Volar conmigo (25) es el nuevo trabajo del madrileño que surge, en cierta manera, como reacción a su más expansivo y eufórico Mezclado con confusión (18). Seis años ha tardado en retomar sus grabaciones para ofrecernos un disco meditado al que no le falta mimo ni en la producción, ni en los sutiles arreglos de piano o violín, abrigando unas canciones que, concienzudamente llevadas a la desnudez que le caracteriza, vuelven a beber de las fuentes primigenias de su autor como lo son Bob Dylan o el Neil Young más acústico, sin menospreciar en absoluto tintes más contemporáneos como los de grandes trovadores a las formas de Los Jayhawks.
Así, no es difícil encontrar momentos de brillo como los aportados por la redonda “Never been to Scotland”, la preciosa “A song for Vanessa” o la espiritualidad a flor de tierra de “Carrying a torch”, mi preferida del lote.
Escucha Sangui – Fly Away With Me