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Dave Gilmour y Roger Waters nunc tocarían juntos hasta 2005, un día complejo en el que se reunieron para el concierto benéfico Live 8 para crear conciencia sobre la pobreza mundial y pasaron gran parte de los años intermedios criticándose mutuamente, ya sea en la prensa o en las letras de sus respectivas aventuras en solitario.
Es Comodablemente entumecido: la historia interior de Pink Floyd de Mark Blake , Waters admitió:
«No creo que ninguno de nosotros haya salido de los años a partir de 1985 con algún crédito… Fue una época mala y negativa, y lamento mi parte en esa negatividad».
Roger Waters en esa negatividad asomó su fea cabeza con el lanzamiento del decimotercer álbum de estudio de Pink Floyd, A Momentary Lapse of Reason, un título que debería pasar a la historia como quizás uno de los más proféticos en la historia de la música rock.
En 1986, Gilmour reclutó una banda, en la que figuraba el tecladista de Pink Floyd, Richard Wright, con la intención de escribir material para un tercer álbum en solitario. Sin embargo, a finales de ese año, y tras afirmar Gilmour que la presencia de Wright «nos haría más fuertes, legal y musicalmente», se tomó la decisión de publicar ese material como un álbum de Pink Floyd. Sería el primer lanzamiento bajo el nombre de Pink Floyd sin la participación de Waters.
Como era de esperar, esta decisión generó el odio de Waters, que tuvo algunas palabras para decir sobre el álbum tras su lanzamiento. En una entrevistA con la piedra de revista Waters dijo:
“Creo que es una falsificación muy fácil pero bastante inteligente. Si no lo escuchas con mucha atención, suena como Pink Floyd. Tiene a Dave Gilmour tocando la guitarra. Y con la intención meditada de proponerse hacer algo que suene como la concepción que todo el mundo tiene de un disco de Pink Floyd, es inevitable que se logre ese objetivo limitado”.
Cuando se le presionó más, Waters añadió:
“Creo que las canciones son malas en general. No puedo creer las letras… No tenía sentido que Gilmour, Mason o Wright intentaran escribir letras, porque nunca serán tan buenas como las mías. Las letras de Gilmour son de muy mala calidad. Siempre lo serán. Y en comparación con lo que hago yo, estoy seguro de que él estaría de acuerdo. Él simplemente no es tan bueno. Yo no toqué los solos de guitarra; él no escribió ninguna letra”.
Para colmo de males, Wright, como afirma en el libro de Blake, dijo que las críticas eran «justas», afirmando en una entrevista posterior que el álbum «tenía un par de canciones realmente bonitas«, un comentario que parece capturar perfectamente el epíteto de «condenatorio» con un débil elogio.
Los comentarios de Waters surgieron sin duda de un lugar de angustia.. Muchos fans han señalado el disco como uno de los álbumes más comerciales de su carrera. Después de que Waters los calificara de “fuerza creativa agotada”, la banda hizo un gran esfuerzo para demostrarlo con canciones como “Dogs of War”, “Learning to Fly” y “Sorrow”, que no ofrecieron su chispa habitual de creatividad.
