Las criptomonedas se transformaron en un método de inversión tan dinámico como ventajoso. A medida que fueron ganando espacio en las billeteras virtuales, los estafadores comenzaron a buscar atajos para esquilmar esos beneficios. Qué se debe evitar y cuáles son los fraudes más utilizados.
En lo que va del año, en el ecosistema cripto, se fugaron 200.4 millones de dólares por obra de algún hacks. La cifra procede de 32 incidentes individuales, según un informe de la firma de seguridad blockchain Immunefi.
En la actualidad, varios proyectos que involucran monedas digitales son investigados en Argentina bajo la etiqueta de desfalco. Uno de ellos es Rainbowex, una divisa que promete duplicar el capital invertido en un plazo de apenas 45 días.
En la ciudad de San Pedro, hubo 12 mil vecinos que colocaron sus ahorros en esta plataforma. Detrás de Rainbowex está Knight Consortium, entidad que se presenta como una fundación de accionistas que operan en el mercado de valores.
Ojos bien abiertos
El factor sorpresa de la piratería está en la diversidad. Los métodos más habituales comprenden esquemas fraudulentos, defraudaciones en el intercambio de divisas y phishing. El espectro es amplio y está en constante evolución.
- Los delincuentes –como advierten desde la firma Kaspersky- se hacen pasar por asesores financieros, representantes de fintech o celebridades. El mayor incentivo es que, el riesgo es bajo y las ganancias abundantes.
- Una de las características de estos activos digitales es el anonimato en los pagos. Lo que implica que, una vez completada la operación es imposible rastrear los fondos, identificar al estafador o recuperar el dinero.
- Según la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC), casi la mitad de quienes denunciaron una estafa cripto en el último año, dijeron que comenzó con un anuncio, publicación o mensaje en una plataforma de medios sociales.
- Para captar “clientes”, crean perfiles falsos en las redes sociales o en app de citas. A través de técnicas de ingeniería social diseñan un entramado financiero con el que intentan demostrar que se trata de una acción tan legítima como provechosa.
“El dinero siempre fue un imán para los ciberdelincuentes. Con la aparición de nuevas y agresivas cepas de malware, los atacantes están evolucionando sus tácticas para apuntar a los dispositivos móviles de manera más agresiva”, señala Igor Golovin, experto en seguridad de Kaspersky.
El tratamiento más eficaz
El mejor tratamiento contra el engaño es mantenerse informado. A tal efecto, los expertos en seguridad elaboraron una serie de consejos y recomendaciones para no ser víctima de una emboscada.
Como cualquier otro mercado, el mundo de las criptomonedas tiene bases y mecanismos que pueden analizarse desde la perspectiva de los negocios. Educarse a través de medios especializados es una diferencia fundamental.
Lo esencial es saber que ninguna moneda puede garantizar rendimientos futuros, porque está sujeta a las subas y bajas del mercado. Cuando se presenta esta “oportunidad” se debe encender la señal de alerta.
Para alcanzar la mayor cantidad de público en el menor tiempo posible, los estafadores suelen colocar publicidad en sitios e incluso, programas de TV. Si la propuesta incluye promesas extravagantes sin respaldo, es importante tomarse el tiempo para investigarlas.
Cualquiera sea la invitación, es clave averiguar cómo funciona y consultar dónde será colocado el dinero. Los asesores honestos estarán dispuestos a compartir esa información y la respaldarán con detalles.
A su vez, los embaucadores suelen emplear estrategias persuasivas para que el dudoso asuma una decisión impulsiva. Para incentivarlo, es común que otorguen bonificaciones y descuentos si aceptan de inmediato.
Esquemas que se repiten
Coindesk, un sitio especializado en difundir información sobre criptomonedas, reunió las estafas más comunes que fueron utilizadas durante los últimos doce meses.
Sitios apócrifos. Este artificio se basa en una página falsa, en donde el diseño, la tipografía y hasta incluso el nombre de dominio es similar al original. El tema es que si uno lo observa detenidamente, las diferencias se vuelven evidentes.
Es así que, todos los datos que uno ingresa, como la contraseña o la frase de recuperación de la billetera, termina en manos de los estafadores.
Rug pulls. También llamada “tirones de alfombra” en donde los estafadores crean un token criptográfico y consiguen que aparezca en una bolsa descentralizada (DEX) sin pasar por ningún tipo de auditoría de código u otro tipo de comprobación de antecedentes.
Tientan a los desprevenidos con ganancias inauditas que se generan en el corto plazo. Para darle mayor credibilidad a la licitación, suelen colocar elogiosos comentarios que ellos mismos se encargan de redactar.
Una vez que los fundadores consideran que el precio ha alcanzado su punto máximo, se llevan el dinero y dejan a los titulares con una moneda sin valor.
Esquemas Ponzi. Promete ganancias meteóricas, aunque jamás invierte el dinero que le depositan. Su estrategia es distribuir los ingresos más recientes entre los contribuyentes más antiguos. Algunos casos locales fueron Zoe Cash, cuyo líder -Leonardo Cositorto- se encuentra en prisión, o Vayo Business.
Se inicia utilizando la pantalla de un “gurú” que asegura tener un conocimiento superior y lo hace a través de una técnica que ofrece resultados inmediatos.
El mundo cripto, que vive en constante innovación, todavía desconocido para gran parte de la población, es tierra fértil para estos modelos de estafa.