En la era digital, los dispositivos móviles ya son compañeros inseparables de muchas personas.
La omnipresencia de los smartphones ha llevado a muchos a mantenerlos siempre a su alcance, incluso cuando duermen.
La conexión con estos dispositivos es tal, que ya existen aplicaciones que contribuyen a limitar su uso para asegurarse las ocho horas de sueño recomendadas por los médicos y hasta por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En este contexto de dependencia, aun son pocos quienes consideran las posibles consecuencias de dormir con el celular debajo de la almohada, una práctica aparentemente inofensiva que podría afectar la salud.
¿Qué pasa si me duermo con el celular debajo de la almohada?
Son varios los aspectos a considerar por parte de quienes duermen con el móvil bajo la almohada.
En primer término, la recarga nocturna de los teléfonos podría generar calor excesivo y, en casos extremos, desencadenar un incendio.
Las baterías de iones de litio, utilizadas en la mayoría de los teléfonos móviles, son susceptibles de sobrecalentarse si se someten a condiciones adversas. Este peligro aumenta cuando el dispositivo está debajo de la almohada, un lugar donde la ventilación es limitada.
De acuerdo al sitio Mejor con Salud, otro de los riesgos tiene que ver con la calidad del sueño porque la exposición constante a la luz azul emitida por las pantallas de los dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño.
Tener el smartphone debajo de la almohada aumenta la tentación de despertarse, ya sea porque llegan notificaciones o, simplemente, para revisar el móvil por si hay novedades. El resultado siempre es el mismo: menos descanso que el recomendado.
El portal también hace referencia a un riesgo para la salud mental ya que la constante conexión a través del móvil puede generar ansiedad y estrés. Entonces, dormir con el dispositivo a mano puede convertirse en una manera de agravar el problema. La presión para responder mensajes y el “estar siempre disponible” puede afectar de manera negativa el bienestar emocional, sobre todo, si llegan mensajes negativos.
El cuerpo también puede sufrir consecuencias físicas, porque la exposición prolongada a la radiación emitida por los móviles podría tener efectos negativos a largo plazo, indica un artículo de la OMS. Aunque la evidencia científica aún no es concluyente, algunos estudios sugieren la existencia de una asociación entre la radiación del celular y ciertos problemas de salud, incluso el riesgo aumentado de sufrir tumores cerebrales.
Para evitar esta conducta, lo mejor es cargar el teléfono de manera segura, limitar la exposición a la luz de la pantalla antes de dormir y establecer límites para la conectividad nocturna. Precisamente, el establecimiento de límites, incluso apagar el teléfono durante la noche, puede ser una solución drástica y efectiva, y es el principal elemento a considerar para evitar males mayores.