Lo de Rick Astley en el último Glastonbury estuvo muy bien para callar bocas, y si son las de Morrissey y Marr tiene un mérito doble. El otrora prodigioso cantante que llegó a ser número uno en veinticinco países con su hit “Never Gonna Give Me Up” de la mano de los productores Stock, Aitken & Waterman fue invitado al festival a hacer su bolo en el Pyramid Stage nada menos, y a pesar de lo arriesgado del asunto (¿qué hace este tío en un festival tan guay como el nuestro?, debían pensar muchos) cosechó buenas críticas. Pero es que además por la noche hizo un nuevo pase junto al grupo Blossoms haciendo versiones de los The Smiths. Hay que tenerlos cuadrados para hacer esto que, repito, para muchos sería una herejía -tan sólo hay que leer las airadas críticas de Marr por Tweeter- por poner sus sucias manos en un repertorio que osó en profanar. El mainstream profanando la joya de la corona indie, claro que sí.
En fin, son cosas del divismo y de no llevar bien los años. Mientras Johnny Marr descarrila en cada disco, ahora llega el bueno de Rick Astley y le sale uno la mar de apañado con este su ya noveno bajo el brazo. La madurez compositiva de Astley es más que notable en el cancionero de Are We There Yet? (BMG, 2023), un trabajo que lo ha compuesto enteramente él, y que cuenta con una sección rítmica mayúscula.
Las canciones tienen una impronta soul que atraviesa todo el disco. La inaugural “Dippin’ My Feet” es una genial pieza de pop con ribetes souleros impetuosos que ya hace presagiar un resurgimiento a tener en cuenta. Lo mismo se puede decir de “Letting Go” en donde la voz de Astley suple sus carencias con una energía envidiable.
El soul macerado en barrica con guiños a Van Morrison llega con “Golden Hour”, y el piano acompaña a nuestro hombre en “Never Gonna Stop” un hermoso homenaje a Marvin Gaye. Preciosas gemas ambas con un sonido atemporal que podríamos apuntar en su casillero de hits.
Alguna que otra pieza tira de recursos más ramplones (“Driving Me Crazy”, “Maria Love” tiene una potente sección de viento pero es un dejà vú olvidable al igual que “Blue Sky” con armonías aseaditas para ir directa a Eurovisión).
El pop actual no creo que necesite de Rick Astley, pero me alegra que, tras tantos años de carrera, siga tomándose su profesión con tanto entusiasmo.
Escucha Rick Astley – Are We There Yet?