«Quiero que me vuelvas a explicar lo que ha pasado«. Esta frase, corta pero intensa, representa a la perfección a toda una generación nacida entre los 90 y principios de los 2000. En ella se mezclan desilusión, rabia, hastío y una búsqueda personal profunda. Pero, sobre todo, es una canción. Se trata de un tema rápido y enérgico, de menos de dos minutos, lanzado por La Paloma en su primer EP, titulado Una idea pero es triste (2021). La canción se compone únicamente de esta frase, que se repite como un mantra budista una y otra vez. Es como un himno futbolero, una especie de himno para los decepcionados, sin estar seguros de con quién o de qué, o tal vez sí, y por eso se grita a pleno pulmón.
Antes de ingresar al concierto de este trío madrileño, que en sus presentaciones se transforma en un cuarteto, ya había grupos de amigos entonando la canción en los bares. Mientras bajabas las escaleras de la sala Paqui, volvías a escucharla una vez más. Incluso, cuando el concierto estaba llegando a su fin y el grupo se había retirado, como un movimiento espasmódico, una decena de chavales comenzaron a cantarla; tras tres repeticiones, eran cientos, y apenas un minuto más tarde, toda la sala, que había colgado el cartel de «sold out» para este espectáculo, se unió en coro.
Los integrantes de La Paloma, como si fueran el Flautista de Hamelín, eran conscientes de que tenían este as bajo la manga. Subieron de nuevo al escenario y los acordes de «Palos» comenzaron a resonar. La locura se propagó como un incendio. La energía que se experimentaba en las primeras filas se extendió por toda la sala, convirtiendo el lugar en una marea desorganizada pero constante. Dos minutos que sirven de ejemplo para radiografiar dos décadas.
El hecho de componer himnos con soltura es algo que La Paloma maneja a su antojo. En ese mismo EP, presentaron otro de sus temas reconocidos, “Bravo Murillo”, otra delicia que sirvió como elemento para recalcar el espectáculo perfecto que dieron el sábado 4 de noviembre en Madrid. Más allá de estas dos canciones tan reconocidas, este trío madrileño es una de las grandes voces generacionales del nuevo sonido de guitarras nacional. El ejemplo perfecto lo vivimos cuando tocaron “La Edad Que Tengo”, su último single publicado hace apenas unas semanas, y que ya era coreado como si fuera un clásico, al igual que “Algo ha Cambiado”, canción que tocaron justo después.
A nivel general, su sonido contundente y preciso se ha encasillado en una suerte de noise pop, pero sus canciones poseen esa energía rockera que muchos creían perdida y esa urgencia discursiva tan característica del punk. Un engranaje perfecto diseñado para sacudir los cimientos de cualquier local donde actúen.
Este concierto, programado en la presentación de su primer y único trabajo Todavía No (2023), contó con una veintena de canciones distribuidas en unos setenta minutos de espectáculo. Comenzó a las 21:40 de la noche con un tono más melódico, destacando canciones como “Sigo Aquí” o “Siempre Así”, para luego evolucionar hacia un torrente guitarrero que mantuvo su intensidad de principio a fin. Las canciones de la banda sirvieron de refugio y avivaron a la audiencia, creando una interesante dualidad entre la crudeza de su sonido y el afecto que sus seguidores les profesan. Prácticamente repasaron toda su discografía, interpretando temas como “No es una broma”, “El Adversario”, e incluso su primera canción, «Un Momento Oportuno». El concierto se convirtió en una experiencia única que consolidó su lugar en la escena musical española.
El final se iba acercando, aunque nadie quería que terminara, y la euforia no paraba de crecer. Este momento fue rematado por el guitarrista de la banda, quien se lanzó desde el escenario al público, que lo recibió con los brazos en alto mientras sonaba “Quejas Célebres”.
En la grada, en ese mismo instante, se encontraban los abuelos de algunos de los miembros de la banda, a quienes agradecieron efusivamente su presencia en el concierto. Allí estaban, los dos octogenarios, disfrutando de un concierto de punk con una alegría desbordante. Es probable que en la próxima comida familiar sean ellos quienes le pidan a su nieto: «queremos que nos vuelvas a explicar lo que ha pasado».
Foto La Paloma: Víctor Terrazas