Orchestral Manoeuvres in the Dark (OMD) actúan en el festival Visor Fest (entradas) este mismo viernes. La banda de Paul Humphreys y Andy McCluskey vendrá a hacer un recorrido por su legendario catálogo y a presentar algunas de las canciones de su inminente nuevo trabajo, Bauhaus Staircase que se editará el próximo mes de octubre.
Pioneros del synthpop, llevan cuatro décadas en activo en las que han vendido más de 15 millones discos. En su haber cuentan con clásicos de referencia como Orchestral Manoeuvres In The Dark (1980), Organisation (1980), Architecture & Morality (1981) y Dazzle Ships (1983). Desde su vuelta a la actividad en 2009 primero con una gira y después con su impresionante History of Modern (2010), dejaron claro que ese regreso iba más allá de la mera nostalgia, dándole continuidad con otros dos trabajos a la altura de su leyenda, English Electric (2013) y The Punishment of Luxury (2017).
Aprovechamos su visita para charlar con Paul Humphreys sobre su trayectoria, el camino recorrido y el presente y futuro de OMD.
«OMD nunca debe copiarse a sí mismo ni hacer pastiches con nuestro propio estilo. Siempre debemos innovar. Eso nos mantiene frescos e interesados en lo que hacemos»
La longevidad de OMD es impresionante en una industria musical en constante cambio. ¿Cómo veis vuestro papel en la música actual?
Es el mismo que siempre ha sido. Simplemente estamos teniendo una conversación musical entre nosotros y luego esperamos que, cuando la compartamos, otros conecten con nuestros sentimientos. El ser auténticos con nosotros mismos, creemos que es la mejor manera de conectar con los demás.
Parece que el synthpop está experimentando un período de gran popularidad, permitiendo que bandas pioneras del género coexistan naturalmente con nuevos talentos. ¿Estáis al tanto de la aparición de nuevos grupos?
Sí, siempre estamos atentos a otros artistas. No es frecuente que escuchemos música que no amemos, pero siempre al tanto. Nos encantan Robyn, Hot Chip, Tiny Magnetic Pets, Galaxian, Catherine Moan…
Habéis lanzado álbumes en dos etapas muy diferentes. ¿Cómo ha cambiado el enfoque creativo con el tiempo?
Hemos vuelto a nuestras raíces y lo hemos hecho por nosotros mismos. Solo cuando estamos contentos y seguros de que lo que hemos creado es hermoso y merece la pena, lanzamos un disco. Llevamos como banda 45 años y no queremos arruinar nuestra reputación y nuestro legado.
¿Hay muchas diferencias cuando se trata de escribir nuevas canciones en comparación con vuestros primeros días?, ¿Cómo ha evolucionado el uso de sintetizadores con el tiempo?
La tecnología ha cambiado totalmente, pero son los humanos los que crean el arte. Los algoritmos de inteligencia artificial no pueden reemplazar el pensamiento lateral de los humanos.
Ahora todo está «en el programa». Toda la programación se hace en Protools, y solo usamos sintetizadores virtuales. Suenan igual que los analógicos. Paul y yo vivimos en diferentes países y la única forma en que podemos crear es utilizando exactamente los mismos programas para poder enviar archivos de canciones completas de un lado a otro.
¿Cómo habéis manejado la presión de mantener vuestra creatividad en constante evolución?
Simple. La única presión en estos días proviene de nosotros mismos. La nueva música debe ser lo suficientemente buena, ¡o nadie más la escuchará!
«Amamos tocar en vivo y tratamos a cada audiencia y cada concierto como si fuera el último. ¡Lo damos todo!»
He leído que el confinamiento durante la pandemia estimuló vuestro lado creativo, lo que dio como resultado las canciones de ‘Bauhaus Staircase’.
Sí, de ahí salió todo el álbum ‘Bauhaus Staircase’. Estaba tan aburrido, no se me permitía ver a la gente ni salir, así que no hay nada mejor que hacer que crear música, y es lo que hice.
Hemos escuchado el sencillo adelantado del nuevo álbum y nos sorprendió gratamente. Aún tiene su sonido genuino pero también suena increíblemente actual.
Accidentalmente creamos nuestro propio sonido de 1976 a 1983. Todavía pintamos imágenes musicales con nuestro propio estilo, pero aún nos encanta aprender y experimentar. OMD nunca debe copiarse a sí mismo ni hacer pastiches con nuestro propio estilo. Siempre debemos innovar. Eso nos mantiene frescos e interesados en lo que hacemos.
También nos sorprendió el toque glam cercano al rock en «Slow Train». ¿Qué aportó el productor David Watts?
David simplemente mezcló la canción muy bien y mantuvo la energía. Me divertí mucho creando un ritmo glam y con sonido analógico. No tenía idea de a dónde iba, ¡pero me encantó dónde terminó la música! Experimentar siempre es lo más divertido.
¿Qué otras novedades podemos esperar en sus nuevas canciones?
Tendréis que escuchar el álbum y venir de nuevo de viaje con nosotros (risas)
No solo hay pop, seguís siendo fieles a vosotros mismos, combinando pop y esa experimentación que estuvo presente en ‘Dazzle Ships’ y continúa en vuestros últimos álbumes. ¿Habéis notado un cambio en la base de fans?
Hemos notado que el grupo demográfico de edad se ha expandido. Muchos jóvenes nos están descubriendo ahora, y eso es maravilloso. Seguimos experimentando, pero siempre de una manera musical. Amamos la belleza y la melodía y tratamos de mezclar eso con un desafío auditivo y lírico.
En cuanto a las actuaciones en vivo, ¿cómo se ha adaptado OMD para mantener su energía en el escenario a lo largo de los años?
Amamos tocar en vivo y tratamos a cada audiencia y cada concierto como si fuera el último. ¡Lo damos todo!
¿Cuál es la visión de OMD para el futuro y cómo planean seguir evolucionando como banda?
No lo sabemos. Por eso seguimos explorando y, con suerte, descubriendo nuevas ideas. Con suerte, eso nos permitirá encontrar nuevas ideas y sonidos que sigan siendo frescos y vivos.
Para terminar, en unos días volvéis a España para actuar en el Visor Fest. ¿Qué podemos esperar del concierto?
Os esperan noventa minutos de energía musical, pasión y amor. Nada más. Nada menos.