Discurrían los últimos meses de 2007 y una desconocida galesa llamada Aimée Anne Duffy (la cual sería conocida, artísticamente, solo por su apellido), de 23 años, publicó su primer single que resultaría supremo: el delicado pero también penetrante blue-eyed soul “Rockferry”; primero por sistema digital, en Noviembre de ese año y luego en formato físico, en diciembre. Aún cuando, inicialmente, solo se distribuyeron 500 copias a través de esta última vía, la canción suelta consiguió desembarcar, a posteriori, en el nº35 de las listas de Suiza y en el nº45 de los índices de Inglaterra.
Aunque, ya en 2004, la vocalista nacida en Bangor Town había dado a conocer un EP de tres temas en su idioma materno (el galés), fue realmente la estremecedora, preciosa e impactante “Rockferry” el primer y decisivo chispazo para presentarse, internacionalmente, ante el público, para allanar el camino a sus postreros y jaleados sencillos como “Mercy” o “Warwick Avenue” y para identificar, automática y nominalmente, el debutante LP de Duffy, de 2008; el cual pasaría después a adueñarse del nº1 en Inglaterra, Dinamarca, Irlanda, Nueva Zelanda, Suiza y Suecia, del nº2 en Holanda y Austria y del nº4 en Estados Unidos; nada más y nada menos.
I’d move to Rockferry, tomorrow / Me mudaría a Rockferry mañana
and I’d build my house, baby, with sorrow. / y construiría mi casa, cariño, con dolor.
I’d leave my shadow to fall behind / Dejaría que mi sombra se quede atrás
and I wouldn’t write to you / y no te escribiría
‘cause I’m not that kind. / porque no soy de ese tipo.
The midnight trains are boarding / Los trenes de medianoche están subiendo a bordo
all wrap up 8s. / a todos los rechazados.
I pick my load and I fill my truck / Recojo mi carga y lleno mi camioneta
before it’s too late. / antes de que sea demasiado tarde.
I leave the stars to judge my every move. / Dejo que las estrellas juzguen todos mis movimientos.
I’m not going to think of you or I’d get the blues. / No voy a pensar en ti o me pondré triste.
There’s no sleep on the journey away from time. / No hay sueño en este viaje lejos del tiempo.
A bag of songs and a heavy heart / Una bolsa de canciones y un corazón fuerte
won’t make me down. / no me deprimirán.
I’ll give it all my strength and my mind, / Pondré toda mi fuerza y mis sentidos,
I’ll make this decision, win all the fights. / tomaré esta decisión, ganaré todas las batallas.
I’d move to Rockferry tomorrow / Me mudaría a Rockferry mañana
and I’d build my house, baby, with sorrow. / y construiría mi casa, cariño, con dolor.
I’d leave my shadow to fall behind / Dejaría que mi sombra se quede atrás
and I wouldn’t write to you / y no te escribiría
cause I’m not that kind, / porque no soy de ese tipo,
not that kind. / no soy de ese tipo.
Rockferry, not that kind… / Rockferry, no soy de ese tipo…
Rockferry, not that kind… / Rockferry, no soy de ese tipo…
Rockferry, not that kind… / Rockferry, no soy de ese tipo…
Rockferry, not that kind… / Rockferry, no soy de ese tipo…
Rockferry, not that kind… / Rockferry, no soy de ese tipo…
La letra, probablemente, trata sobre una mujer que se halla hondamente enamorada de un hombre, el cual, sin embargo, ya no la corresponde y de ahí, la transparente penuria de ella que desea refugiarse en Rockferry para evadirse del mal trago, en la intimidad e intentar mantenerse firme para superar dicha experiencia negativa.
Sin embargo, esta cautivadora tonada no se presenta como autobiográfica porque la joven Duffy nunca se había enamorado hasta aquel instante de su vida y dicha melodía supuso, para ella, un periplo de descubrimiento de la música y del amor. Agregaremos que en el soul y el blues se suelen emplear estas temáticas de ruptura sentimental y se dan casos de cantantes de estos géneros donde no les tiene que haber ocurrido, realmente, dicha crónica de desgarro emocional como es el caso de Duffy, en ese momento concreto de 2007 y como también explicamos ya con Sam Brown y su “Stop” en un reportaje previo, aquí en Muzikalia.
Pero, ¿qué significa, exactamente, el término “Rockferry”? Digamos, en un principio, que ésto mismo corresponde a un paraje relativamente imaginario, además de ser un anhelo por un lugar mejor y un símbolo de lucha. Duffy aseguró que si alguien se halla tratando de llegar a ese punto de su existencia, sea lo que sea, pues “Rockferry” es esa misma fase concreta de batalla. La vocalista matizó que dicha palabra se hallaba en su inconsciente y le sonaba a algo que ofrece fuerza.
Tanto la cubierta del LP Rockferry como el apesadumbrado video-clip en blanco y negro se elaboraron, en el año 2007, en la estación del Tren Ffestiniog y sus inmediaciones, dentro de la ciudad de Porthmadog (a unos 30 kms. de Bangor, localidad natal de la vocalista) pero a aquella misma terminal de dicho ferrocarril turístico, Duffy la apodó “Rockferry” de manera artística y solo por aquella ocasión. Recordemos que durante la canción titular ella canta, quizás metafóricamente: “The midnight trains are boarding all wrap up 8s” (es decir, “Los trenes de medianoche están subiendo a bordo a todos los rechazados”).
Dilucidemos ya la parte de realidad de todo esto.
La canción toma como base denominativa el distrito de Rock Ferry (escrito separado), situado en la ciudad de Birkenhead, en la frontera entre Gales e Inglaterra; donde vivió la abuela de Duffy y donde nació y creció John, el padre de la propia artista. Señalaremos que para la misma vocalista supone un emplazamiento realmente placentero en su totalidad, así que ella pensó que sería lo correcto recordarlo de alguna manera, a través de su música.
Harry Bell, un portavoz de la Asociación de Residentes del mismo Rock Ferry, afirmó que es grandioso que este distrito fuese reconocido por alguien tan talentoso como Duffy y añadió el mismo Bell que es éste mismo un sitio maravilloso para vivir, donde todo el mundo es muy cordial. Matizó el hombre que es ésta un área histórica que posee algunas atracciones maravillosas, como Rock Park y los Jardines Olímpicos. El mismo Harry Bell aclaró también, que desafortunadamente, Rock Ferry resultó afectado por una ola de crímenes en los últimos años pero que la propia zona se fue reinventando de manera lenta pero segura. Terminó asegurando Harry que es muy agradable escuchar que Duffy todavía tiene a Rock Ferry en tan alta estima y proclamó que ella es bienvenida allí en cualquier momento.
Todo el proceso de composición de la tonada comenzó cuando Jeanette Lee, la influyente co-propietaria del reputado sello indie Rough Trade y también manager de Duffy, le presentó a ésta última a Bernard Butler (ex-integrante de Suede) para que éste fuera el productor, pianista y guitarrista de la propia artista. Efectivamente, Jeanette intuyó que de esa asociación profesional podía emerger algo altamente reseñable y no erró en la predicción.
Al principio, la novel Duffy ni siquiera sabía quién era Butler pero desde el primer momento ambos conectaron porque poseían sendos gustos musicales muy eclécticos. Así pues, ella le enseñó todo lo que tenía escrito de la tonada “Rockferry” y el mismo Bernard comenzó a ponerle sonido a la partitura original. Aquella era una oportunidad que Duffy agradeció, ya que Bernard Butler le enseñó a la chica como eliminar lo que no le gustaba de su personalidad musical y como llegar a ser ella misma, armónicamente; algo que se refleja en la propia canción “Rockferry”, precisamente.
Así pues, ésta misma fue la primera pieza que crearon juntos para el álbum homónimo, el cual se editaría en 2008 y donde el mismo Butler también co-escribió junto a Duffy los excelsos temas “Serious”, “Syrup and honey” y “Distant Dreamer”.
En consecuencia, ella cogió mucha admiración hacia Bernard Butler y es que además él fue el primero que le transmitió a ella que era, realmente, una cantante de soul. Eso mismo abrió muchas posibilidades en la mente de Duffy porque así descubrió el tipo de artista que anhelaba ser; además de, al mismo tiempo, empaparse de influencias como Dusty Springfield, Al Green, The Supremes, Burt Bucharach, Ann Peebles, Bettye Swann, Lulu, Petula Clark, Candi Staton o Doris Duke; entre otras/os.
También apuntaremos que la propia dirigente de Rough Trade Records, Jeanette Lee, apoyó desde el principio a Duffy al escuchar el tema “Rockferry” y la propia cantante declaró que ella no sería quién es si no es gracias a Jeanette y también, la intérprete galesa quiso otorgarle parte de ese mérito al mismo Bernard Butler. Éste último expresó, generosamente, que lo único que hizo es dar un empujón hacia adelante a la propia cantante natural del condado de Gwynedd.
Fue, en ese año 2007, cuando la artista se mudó desde Gales hasta la capital Londres para trabajar en la grabación de la pieza “Rockferry”: un viaje de auténtico ensueño para Duffy.
En opinión de ella era evidente que el single “Rockferry” debía sonar a lo grande, bastante ruidoso y épico, aunque cuando la interpretó por primera vez, en los ensayos, a la misma Duffy no le satisfizo mucho como había quedado. Además, al principio a la chica le pareció escasamente natural cantar en el estudio, además de tener poca confianza dentro del mismo pero la fémina acabó concentrándose, relajándose y disfrutando de dicho episodio. Al final, Duffy y Bernard Butler grabaron “Rockferry” a la primera toma y debido a esta circunstancia tan veloz, ella no recordaba, años después, el instante de haber efectuado dicho registro en el estudio; suponiendo ésto último una graciosa anécdota para los dos protagonistas citados.
Añadiremos que tanto “Rockferry” como el resto de las canciones del álbum se efectuaron con un presupuesto muy limitado por lo que, quizás por este motivo, Bernard Butler tuvo la cortesía de no cobrar ni un céntimo por aquella colaboración profesional.
El lanzamiento del sencillo en streaming, en noviembre de 2007, le valió a Duffy ser requerida inmediatamente, para el popular programa de Jools Holland, en la cadena BBC, para así interpretar allí el propio corte “Rockferry”, en directo. Fue esta emisión una experiencia abrumadora y aterradora para ella porque aún no era mundialmente conocida pero dicha vivencia también resultó gozosa, al mismo tiempo, ya que era la gran oportunidad que esta vocalista había estado aguardando.
Después de aquella imponente demostración televisiva con “Rockferry” ante un gratamente sorprendido público ingles, aquella prometedora vocalista llamada Duffy declaró que le obsesionaba el soul porque supone una entrega dolorosa y las canciones de este género son profundas y emotivas. Tras el lanzamiento de la melodía brotaron, entonces, las comparaciones con Aretha Franklin o Dusty Springfield, aunque ante eso mismo Duffy se sintió sobrepasada porque ella sintió, a finales de 2007, que aún solo era una principiante y es que las nombradas eran ídolos para nuestra protagonista de hoy. En ese mismo punto, la audiencia comenzó entonces a preguntarle a Duffy de donde había sacado esa sensacional voz, algo que ella no sabía y explicó que, simplemente, poseía esos registros de modo natural y espontáneo.
En el año 2008, estaban comenzando a despuntar, poderosamente, dentro del neo-soul del Reino Unido, cantantes femeninas como Adele, Joss Stone o Amy Winehouse pero la valerosa Duffy logró hacerse un trascendental hueco en aquel revivalista panorama (en mi opinión, esta galesa es tan portentosa como todas las citadas) y vender 6 millones de copias de su debutante LP Rockferry, a pesar del handicap inicial de que su Gales natal no es una cuna tradicional del estilo musical comentado.
Los triunfos prosiguieron cuando, en ese mismo 2008, “Rockferry” fue elegida entre las 20 mejores canciones de ese año, según la revista SPIN; además de que muchos críticos especializados aseguraron que dicho tema-título era el corte de más calidad de ese primer LP de la vocalista norteña. Además, el disco entero del mismo nombre obtuvo el galardón de “Mejor Álbum Vocal Pop” en la ceremonia de los Grammy y tres premios más en los Brit Awards.
Fue en aquel instante cuando Duffy accedió al super-estrellato global…
Con estos incontestables datos, ya no es preciso que este reportaje continúe mucho más.
Solo resta quedar ensimismado ante el carácter inmortal del single “Rockferry” y ante la peculiar, conmovedora, melancólica y almibarada voz de Duffy; la cual, por cierto, mereció haber recibido igual reconocimiento de la audiencia con su formidable segundo álbum Endlessly (2010); algo que no se produjo. Desgraciadamente, cayó luego ella en una inactividad casi total durante toda una década, de lo cual no se supieron los trágicos motivos reales hasta 2020.
De todos modos y aunque, actualmente, ella parece retirada de la música, esperemos que la admirable Duffy pueda regresar alguna vez con tonadas tan supremas y celestiales como “Rockferry”; entre otras agradables delicatessen suyas.