Ya pasó más de la mitad del Festival de Venecia, con los títulos más fuertes, artística o comercialmente hablando, por lo que la jornada de este martes 5 de septiembre fue más apacible, si cabe el término. No hubo corrida de fans frente al Palazzo del Cinema, ni estrellas de Hollywood en competencia, pero sí aparecieron dos títulos que prometen pelear por el León de Oro.
Primero Evil Does Not Exist (El mal no existe), la nueva realización de Ryusuke Hamaguchi, el director que viene de ganar casi todo con Drive My Car. Y que tiene más de un número en la lotería de los premios.
¿Por qué? Primero, al centrarse en los habitantes de un pueblito japonés que viven apaciblemente cerca de un bosque, donde una empresa de Tokio quiere construir un glamping (como un camping, pero para gente con dinero). En la reunión que tienen con dos enviados, queda claro que todo será perjudicial para el pueblo, ya que el suministro de agua se vería afectado.
Los protagonistas son Takumi y su hijita Hana, y vaya que los acontecimientos que siguen van a alterar sus vidas. Lo dicho: difícil que el Jurado que preside Damien Chazelle e integra nuestro compatriota Santiago Mitre la pase por alto.
Y mucha actualidad tiene Border Green (La frontera verde), reflejando la historia de los migrantes que sueñan con llegar a Europa. La película de la veterana Agnieszka Holland (Europa, Europa), que también eligió la paleta blanco y negro como tantas otras en la competencia, se centra en una familia siria que quiere llegar a Suecia, pero primero debe pasar de Bielorrusia a Polonia.
Se le sumará en el viaje una mujer afgana, y todos y más sufrirán el maltrato y el desprecio de sus derechos humanos por parte de los bielorrusos y la policía polaca.
La realizadora polaca sobrepesa con personajes que son activistas e intentan ayudar a los que piden asilo, y que son una y otra vez obligados a cruzar la frontera con alambre de púas devueltos a Bielorrusia.
Hay escenas muy fuertes, un par de muertes terribles y una sensación de angustia casi constante.
No tan buena resultó Enea, de y con Pietro Castellitto, que interpreta al protagonista, quien persigue el mito que lleva su nombre -era un príncipe troyano que combatió en la Guerra de Troya-. La historia en tiempo presente no tiene un género determinado, ya que del drama se corre hasta lo mafioso (hay un negocio con la droga en el que se meten él, que tiene un restaurante, y su amigo Valentino, que se recibió de piloto aéreo), la comedia y el absurdo. Su padre es encarnado por Sergio Castellitto, uno de esos rostros que tanto hemos visto del cine italiano.
Sin tanto drama
Si bien no hay tanto drama en la competencia oficial, siempre es agradable ver fuera de concurso películas más relajadas, que permiten el esparcimiento. Y a veces hasta son mejores que las que van por el León de Oro.
Bueno, Hit Man, de Richard Linklater, es una de ellas. El director de la trilogía de Antes del amanecer (que estrenaba cada 9 años; ya no habrá más historias entre Jesse -Ethan Hawke- y Céline -Julie Delpy-) trajo la frescura que tanto bien le viene a la Mostra.
El realizador de Escuela de rock vuelve con una historia increíblemente basada en un personaje real, Gary Johnson, profesor de filosofía y que, para ganar unos dólares más, ayuda a la policía de Nueva Orleáns a atrapar criminales.
¿Cómo? En verdad es gente que quiere contratar a un sicario para eliminar a alguien, y Gary terminó tomando el rol del sicario en el encuentro con los “clientes”, a los que se grababa y detenía de inmediato.
Linklater coescribió el guion con su amigo y actor protagonista, Glen Powell (Hangman en Top Gun: Maverick), y la trama lo relaciona con una “clienta” a la que convence de no matar a su esposo (Adria Arjona, la hija del músico guatemalteco). Ojalá se estrena en la Argentina.
También hubo espacio para Ryuichi Sakamoto / Opus, documental que refleja la última actuación del músico, una película de concierto en la que aparecen él y su piano Yamaha, en luminoso blanco y negro.
El legendario músico murió el 28 de marzo pasado, después de luchar contra el cáncer. En los últimos años, Sakamoto ya no pudo actuar en vivo, pero a fines de 2022, decidió registrar esta suerte de concierto. Son 20 piezas musicales sin que se recurra a la palabra hablada. Están las composiciones que hizo en su etapa pop, con la Yellow Magic Orchestra, pero también fragmentos de las bandas sonoras para las películas de Bernardo Bertolucci (Refugio para el amor, El último emperador, por la que ganó el Oscar).
Lo dicho: la Mostra comienza su cuenta regresiva con cine para todos los gustos.