Tal día como hoy, hace 61 años, en Birenhead, en un club de la sociedad de horticultura, debutaba Ringo Starr en los Beatles.
Es muy fácil querer a Ringo Starr, la más grande estrella de los Beatles, como solía repetir uno de sus mejores amigos: John Lennon. Sí, porque no le importa en absoluto el impacto que te pueda provocar su fama, su presencia o su personalidad. Afable, simpático y amigable es Ringo por naturaleza.
Basta contar la mejor anécdota que he vivido con Ringo. No sé si mantiene abierta su casa de Montecarlo, a la que llamó Rocca Bella, en una calle que ahora se denomina Avenida Grace de Mónaco. Pero lo cierto es que a mediados de los años setenta, el batería de los Beatles se exiliaba en el viejo corazón de los piratas del Mediterráneo, antes de que Maureen, su primera mujer, de la que se acababa de divorciar, le sacara todo el dinero que había guardado. También era una manera de protegerse de la hacienda inglesa.
Bueno, aquello se convirtió en “mi borrachera con Ringo” ,pues perdí la cuenta de copas de Armagnac que nos metimos. Recuerdo que siempre las pedía de dos en des . Tampoco recuerdo muy bien la cantidad de dinero que perdió aquella noche. Parecía que le daba igual. Siempre le surtían de fichas.
A muchos de los empleados les decía:
-Este es el “beatle” de España. Mi amigo Julián, como el hijo de John. Menudo “toros”.
No sabía decir bien lo de torero y con la borrachera quedaba algo más que gracioso. Me dijeron que iba al Casino casi todas las noches. ¿Siempre acaba borracho?. Lo cierto es que un año después, Ringo fue operado de urgencia en el hospital de Montecarlo. Estuvo a punto de morir. En la operación perdió buena parte del intestino. Ringo empezó a tomarle manía a Montecarlo. Y prefirió en los años ochenta su casa de Los Angeles, en Beverly Hills, donde actualmente pasa la mayor parte del tiempo.
También le entrevisté en mayo del 98, a propósito del album “Vertical man” , el último que hizo con un gran presupuesto y para un compañía poderosa. Y como le recordé el “episodio” de Montecarlo, me contestó con algo muy de Ringo.
-Dale recuerdos al señor Martell, pero llevo más de diez años sin beber. Desde que Barbara y yo hicimos el tratamiento de Arizona, no hemos probado ni una gota. Y seguiremos así para siempre.
No quiso hablar mucho de Paul Mc Cartney. Según Eric Clapton ni siquiera apenas se hablaron los dos “beatles” supervivientes el día en que se celebró el homenaje a George Harrison en el Royal Albert Hall. Ringo cantó “Photograph”, que es mi canción favorita de Ringo, escrita precisamente por George Harrison.
-Paul es mi amigo y nuestras familias tienen fuertes vínculos. Paul siempre dijo que era el mejor batería del mundo.
Era una forma de recordarme que su relación con el otro “beatle” vivo era irrefutablemente buena, aunque parece que no lo es. Paul nunca consideró a Ringo como un músico en el estricto sentido de la palabra. Paul tocaba la batería en muchos temas de los Beatles. Y cuando Ringo no podía sujetar el ritmo, en canciones clave como “I´m the Walrus “, Paul tomaba una pandereta y le ayudaba para sujetar el ritmo de la endiablada canción de John. Y Paul tocó integramente y sobresaliente es su papel en “The Ballad John and Yoko”.
Ringo no era una máquina del ritmo precisamente. Necesitaba un metrónomo. Pero si le preguntas a un batería tan increíble como Phil Collins cual es su opinión de Ringo te dice que era la esencia del sonido de los Beatles. Por ejemplo, en temas como “A Day in the Life”. Pero Ringo jamás se olvidará de lo que pensaba Paul.
Por ejemplo, Barbara Bach, la mujer de Ringo, una “ex chica Bond”, no quiere oír ni hablar de Heather, la excompañera de Paul. Barbara tampoco fue muy amiga de Linda.
Fue John Lennon quien más quiso y más tiempo dedicó la amistad a Ringo. Y ya no sólo por el formidable homenaje al escribir dos canciones sobre frases construidas por Ringo, como “A hard day´s night” o “Tomorrow never knows”. Aunque Ringo me dijo de esta última, que aparecía en el album “Revolver” , que esa frase le salió una sóla vez y porque se equivocó con lo que quería decir. Pero que no era precisamente un “ringismo” como les llamaba John.
Ringo recibió el mejor regalo de John a través de una canción, cuando canto “Good night”, un tema que John escribió como canción de cuna para Julian . Esa canción para mí es la mejor que ha cantado Ringo con los Beatles. Y se lo dije.
-No sé la razón por la que John le tomó manía a esa canción . Será por el arreglo demasiado “ dulce” que hizo George Martin . Pero a mí me gustó . Y creo que la canto bien. Fue el precedente para hacer años después “Sentimental journey”, mi album de standards favoritos.
Ringo siempre idolatraba a John. ”Era nuestro lider. El hombre que se inventó el grupo y siempre estuvo con nosotros, incluso cuando se peleó con Paul. Y es que Paul es muy difícil por culpa del dinero. Sin embargo, a John le importaba un pito el dinero”.
Ringo fue el primer en socorrer a Yoko Ono cuando John fue asesinado. Y todavía guarda una buena amistad con ella. Y Yoko siempre me habló muy bien de Ringo.
Cuando apareció su álbum “Liverpool 8”, con la ayuda de Dave Stewart, volví a verle en Londres. Y salieron algunas frases interesantes. Como que decía que no era inglés, sino de Liverpool. Le encontré cariñoso con Paul, como diciendo que es “aparte”, porque como todos sabemos Paul es un genio.
Una de las últimas pasiones de Ringo es la pintura. A mí me confesó que fue una de las cosas que empezó a amar cuando vivía en Montecarlo y acudía a las exposiciones. Pero no crean que Ringo es un buen pintor. No lo recomiendo. Siempre preferiré a ese Ringo jovial, ese Ringo maravilloso, que nacio para ser el “más grande”, como John se empeñaba en definirle en la canción “I´m the greatest”.
Ringo, antes de despedirse de mí la ultima vez que le entrevisté, me dejó un mensaje inquietante: ”Pronto estaré con John“. La profecía, de momento, no se ha cumplido. Al menos, en esta vida.