Tres mujeres que solían actuar como bailarinas de apoyo para Lizzo han presentado una demanda de gran alcance contra la cantante y su compañía de gira, alegando acoso sexual y condiciones laborales hostiles.
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Las bailarinas, paerte de sus Big Grrrls, están demandando a su jefa por daños y perjuicios por angustia emocional, incluidos salarios impagados, pérdida de ingresos y honorarios de abogados.
Las demandantes Arianna Davis, Crystal Williams y Noelle Rodriguez presentaron la demanda en Los Ángeles el martes 1 de agosto. Billboard informa que las demandantes afirman que Lizzo (Melissa Jefferson) las presionó para que asistieran a un espectáculo sexual en el Barrio Rojo de Ámsterdam y se relacionaran con los artistas de una manera obscena.
“Lizzo comenzó a invitar a los miembros del elenco a turnarse para tocar a los artistas desnudos, atrapar los consoladores lanzados desde las vaginas de las artistas y comer plátanos que sobresalían de las vaginas de las artistas”, afirma la demanda.
“Lizzo luego centró su atención en la Sra. Davis y comenzó a presionarla para que tocara los senos de una de las mujeres desnudas que actuaban en el club”.
Después de que, según las informaciones, Lizzo comenzase a hacer un cántico para que Davis tocara al artista, ésta finalmente “asintió en un intento de poner fin a los cánticos”.
La demanda también afirma que Lizzo y otros miembros del personal insinuaron a Davis que ella “necesitaba explicar su aumento de peso y revelar detalles personales íntimos sobre su vida para mantener su trabajo”, aunque “nunca lo declararon explícitamente”.
En una declaración a Billboard, el abogado de las demandantes, Ron Zambrano, explicó:
“La naturaleza asombrosa de cómo Lizzo y su equipo de management trataron a sus artistas parece ir en contra de todo lo que Lizzo representa públicamente, mientras que en privado avergüenza a sus bailarinas y las degrada en formas que no solo son ilegales sino absolutamente desmoralizadoras”.
Además, la demanda cita a la capitana del equipo de baile de Lizzo, alegando que ella impuso sus creencias religiosas a las demandantes y se involucró en otros comportamientos que las hicieron sentir incómodas, incluidos comentarios incendiarios sobre su vida sexual y simulación de sexo oral con un plátano frente a ellas.
Hace solo unas semanas, Lizzo recurrió a las redes sociales para expresar sus propias experiencias con la “gordofobia” en la industria de la música.